Este Evangelio nos permite vivir de una manera cronológica, lo que vivieron los apóstoles; lo mismo que ellos hace una semana, nosotros estábamos asombrados por la noticia de la Resurrección, y ocho días después, lo mismo que ellos, nos encontramos con esta escena, y es que la intención de nuestra madre la iglesia es que nosotros revivamos lo que ellos vivieron, e manera que l afuera de alegría, de esperanza que ellos vivieron con la Pascua de Cristo, también nos alcance a nosotros y a todo el pueblo de Dios, de eso es lo que se trata.
Escudriñemos entonces el texto que hoy se nos ha propuesto, para sumergirnos en la experiencia que vivieron los Apóstoles:
Observemos que hay un punto de partida en este texto, los discípulos están encerrados y están asustados, y ese punto de partida sirve también para nosotros; porque muchas veces cuando Dios sale a nuestro encuentro, nos haya encerrados y asustados.
Encerrados, porque nuestros oídos están tapados, encerrados porque estamos aprisionados por nuestros vicios; encerrados porque nos han llenado la cabeza de malas noticias sobre la Iglesia, sus pecados y corrupción y que mejor no meterse con eso; pero eso es obra del enemigo para mantenernos encerrados, para mantenernos cautivos, para mantenernos alejados de la esperanza que solo viene de la Palabra de Dios.
Entonces fíjense cuántas prisiones tenemos, las prisiones de nuestros vicios las prisiones de la ignorancia, las prisiones de la mediocridad, de la pereza y del prejuicio, estamos bien encerrados. Pero los Apóstoles no estaban solamente encerrados, estaban también ASUSTADOS, y también el miedo es una experiencia que mucha gente tiene, por eso dice San Juan que el que obra la verdad tiene la luz, y el que no obra la verdad, huye de la luz, porque el pecado acobarda y hay personas que tienen miedo de encontrarse con la verdad, de encontrarse con la luz y por eso no quieren oír una palabra clara de parte de Dios, porque tienen miedo, miedo que salga a la luz eso que están viviendo.
Es por eso que se han vuelto tan populares las prácticas orientales, el yoga el budismo, porque todos esos tipos de pensamientos, omiten la palabra CONVERSIÓN cuando uno está en pecado, y a la que uno le tiene miedo, son felices, porque no les tocan la herida que les duele, pero eso es engaño, es trampa; como cuando en algunas Iglesias católicas se evitan los temas incómodos y no se hablan por no incomodar a la gente que llega asustada, no tocan aquellos temas que llaman temas sensibles, para no incomodar y no asustar a la gente y entonces hay sacerdotes que ya no hablan de anticonceptivos, que no hablan de injusticia social, nada de eutanasia, y hay sacerdotes acobardados para presentar la verdad sobre la relación entre hombre y mujer, y no se quiere hablar de eso, porque es como cuando se enciende una lampara potente de luz y sucede que entonces te das cuenta que tienes una gran cantidad de mugre.
Es como cuando uno llega a una de esas haciendas viejas, en los ranchos y entre uno con una linterna y ve que por allá sale un ratón, y por allá una cucaracha y por otro rumbo un sapo, porque se llega con una luz potente y todas esas alimañas asquerosas, huyen asustadas; entonces cuando uno está en pecado, el pecado acobarda y uno que quiere que le muestren su pecado, y la persona que está viviendo mal, no quiere que le hablen de eso. Y ahora se están presentando los 66, llamados espacios seguros, son espacios donde nadie presenta los temas incómodos y allí nunca se habla de la verdad de la religión, ni de la verdad de la familia, ni la verdad del sexo, ni de la verdad de la droga, sino que cada uno, supuestamente respeta al otro, pero saben es qué consiste esa clase de respeto: EN QUE NADIE INCOMODE A NADIE, estamos creando un mundo de psicópatas miedosos, por ejemplo en la políticas hay demasiado miedo, también en las familias hay demasiado miedo y saben ustedes quién es quien tiene hoy más miedo en las familias, los papás, porque ya no saben que hacer con los hijos, porque en cualquier momento los hijos los van a regañar, se van a ir de la casa, los van a demandar, los van a golpear o hasta los pueden matar, los hijos a los papás; tiene que ir caminando como sobre cáscaras de huevo.
Papás asustados, mamás acomplejadas que no saben que hacer con sus hijos, con miedo permanente… Y a los sacerdotes también quieren meternos el mismo miedo con cuidado… cuidado al saludar, cuidado al abrazar, cuidado al hablar, cuidado si das la mano, cuidado si no das la mano; porque si no da la mano es hostigamiento verbal o no verbal; vivimos en miedos terribles, vivimos prisioneros de muchos miedos.
Nosotros nos parecemos muchos a los Apóstoles, ese fue el punto de partida, porque vivimos encerrados y vivimos asustados; y lo precioso de este texto es que Jesús sabe que tú y yo estamos encerrados y estamos asustados y sin creer, pero lo precioso es que a Jesús no lo detienen los candados; ellos tenía mucho, mucho miedo a los judíos, ahora tenemos otros miedos, a Jesús no lo detiene nada; entonces viene Jesús y atraviesa todos los muros de miedo, de prejuicios, de mediocridad, de pereza y llega hasta tu corazón y expresa esa palabra maravillosa, SAHALOM PAZ, y a los que están asustados y ofendidos, porque mejor no cambian de estrategia e invitas a Jesús a tu vida…
P. Rodri
Yorumlar