Del santo Evangelio según san Juan: 20,19-31
LOS CUATRO REGALOS DE PASCUA
En esta ocasión, quisiera referirme a los cuatro regalos de pascua y están todos en el Evangelio de hoy.
Vamos a ver cuáles son: les dijo Jesús, la paz esté con ustedes, primer regalo LA PAZ; como el Padre me ha enviado, así también, los envío yo, segundo regalo LA MISIÓN; después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo, reciban el Espíritu Santo, tercer regalo EL ESPÍRITU SANTO; a los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados, entonces el cuatro regalo es EL PERDÓN.
Cuatro regalos inmensos, maravillosos que tienen sabor de eternidad y perfume de gloria, a ver vamos a recordar: ¿cuáles son los cuatro regalos? 1, 2, 3 y 4, ahora vamos a recordarlos de atrás para adelante: 4,3,2,1… Hay una cosa muy interesante y por eso los hemos recordado en orden inverso.
Esto sucede como cuando una persona va a subir a una montaña, como el cerro de Cristo Rey o el Cristo del cubilete, cuando una persona va a subir, ¿qué es lo primero que ve? Lo primero que ve es LA CUMBRE, a donde quiere llegar, pero para llegar a la cumbre tiene que recorrer un camino, pero la mirada se pone primero en la meta, en la cumbre; como cuando una persona que entra a estudiar, por ejemplo medicina, ya la persona se imagina como sería como médico, esa es ya la cumbre, pero hay un camino que recorrer que es estudiar muchísimo, develarse, sacrificarse muchísimo para llegar allá; el ser humano tenemos esta estructura, en nuestra inteligencia, y hermosamente lo dijo San Agustín: "LO PRIMERO EN LA INTECIÓN, ES LO ÚLTIMO EN LA EJECUSIÓN", es decir, lo primero en la intención es ver la cumbre del cerro a donde yo quiero llegar; pero la ejecución es todo aquello que se va haciendo hasta conseguir la meta deseada, lo que quería. Lo primero en la intención, es lo último en la ejecución, esto vale para todo; eso es lo mismo que sucede con los dones de la pascua, como lo hemos escuchado en el evangelio de hoy: a ver vamos recordando los regalos que son: 1, 2, 3, y 4
En el orden en que los ve San Juan, es como quien ve la montaña, la paz es la cumbre, porque como lo dice San Agustín que la paz es como la suma de todos los bines, porque la persona que experimenta la paz, en cierto modo siente que ya no le hace falta nada, la paz es la cumbre y Jesús saluda a sus apóstoles, presentándoles desde el primer momento, esa cumbre, presentándoles desde el primer momento el resumen de todos los bienes, pero para que llegue esa paz, que esa paz sea una realidad, tiene que haber misión y esa misión se pueda realizar, tiene que ser impulsada por el Espíritu Santo; y para que nosotros nos abramos al poder del Espíritu Santo, tenemos que Salir de las cadenas del pecado y ser perdonados; es decir, que en el orden en que nos los presentan San Juan, es el orden de la intención, como quien ve la cumbre del cerro del cubilete y dice, hasta allá quiero llegar, pero antes, necesito ponerme en camino y avanzar, es decir en el orden de 1, 2, 3, 4.
Pero Dios nos da otro orden, inverso: 4, 3, 2, 1… ¿Cuál es el número 4? El perdón, lo primero es eso, el reconocimiento de mi condición de pecador y abrirme al amor y misericordia del Dios que me perdona; eso es lo primero en la ejecución, yo me abro al perdón de Dios, reconozco que soy en pecador, reconozco que me he equivocado, reconozco que tanto que debe cambiar en mi vida, ese es el perdón y recibo ese perdón, de manera yo experimento ese perdón, eso es lo primero, porque estamos en el orden de la ejecución; porque el otro orden 1,2,3,4, es el orden la intención, y después de que yo experimento el perdón de Dios, entonces me abro a qué, al Espíritu Santo, que me da a gustar la dulzura, me da a gustar la hermosura, me da a gustar el poder del Señor; el Espíritu Santo te da el sabor de Dios en tu vida, es el que hace de ti una criatura nueva, y que te da dones y carismas.
Y cuando tú ya has recibido el Esp. Santo, viene la misión, porque el Espíritu Santo no se queda ocioso dentro de ti, él te va llenado de sus dones, de su poder, de sus carismas y hace de ti una criatura nueva, renovada, ahora la excusa más común es que vivimos en un ambiente muy difícil; yo se que estás en un mundo difícil, pues allá te envía el Señor, para que tú hagas de ese medio difícil un medio abierto al amor de Dios, para eso estás allí…
Y el número uno es la PAZ, y eso qué quiere decir, que si nosotros hemos recibido perdón y hemos experimentado el poder del Espíritu Santo y estamos al servicio del Señor, nadie nos puede quitar la paz, nadie, vienen las tentaciones, las persecuciones, las dificultades, las enfermedades, la muerte, las deudas, porque es una persona comprometida con Dios, porque recibió un día el perdón y experimentó la fuerza del Espíritu Santo, se puso al servicio de Dios y experimenta la PAZ, la suma de todos los bienes, esa es la Pascua del Señor.
En la orden de la intención es: yo quisiera tener paz, yo quiero que el Señor me utilice, yo quiera que el Señor me dé su Espíritu Santo, yo quiero que dios me perdone. Pero en el orden la ejecución es al revés, que primero te abras al perdón de dios, luego al poder del Espíritu, luego te pongas a su servicio y verás que nadie te quita la paz.
La gloria y la honra solo para quién, para él… Amén.
P. Rodri
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