Nos volvemos a encontrar, porque siempre es oportuno que nos congreguemos, espiritualmente, de cara a la presencia de Jesús, el Señor, el maestro, porque Él nos dijo que estaría con nosotros, todos los días, hasta el fin del mundo, pase lo que pase, Dios está con nosotros, Jesús está con nosotros, el espíritu Santo vive en nosotros, suceda lo que suceda y nos sostiene esta realidad espiritual.
Este es un momento muy afortunado de la historia, y nosotros somos unos privilegiados de poder contemplar esta realidad, y de cara a esta realidad, escuchar a Dios, porque Dios está hablando, y Él habla a través de la Sagrada Escritura, Él habla a través de los hermanos, a través de papá y de mamá, a través de cada ser humano; Él habla a través de toda su obra creadora, está gritando, nos está diciendo que nos ama, a través de su obra creadora; y Él habla a través de los acontecimientos y circunstancias de la vida, y ESTA CIRCUNSTANCIA, este acontecimiento global o mundial, es una oportunidad para escuchar a Dios.
Dios está hablando, y habla a través de las alegrías, de las tristezas, la vitalidad, la enfermedad, las crisis, los logros, los sueños y la realización de estos, habla… yo quiero preguntarte, ahora que debes estar en casa y más allá de escuchar tantas noticias y a veces, sobre saturadas de información, porque es la verdad, quiero preguntarte ¿Qué te está diciendo Dios? Con todo esto que está sucediendo, y es una manera de trascender este fenómeno y adentrarnos en las profundidades del ser, para escuchar la voz de Dios.
Hoy la Palabra de Dios, nos invita a ESCUCHAR, estamos llamados a escuchar, ahora que hay mayor silencio, y ahora que podemos estar a solas; y si revisaste el itinerario cuaresmal, porque allí se nos hace una invita, que nos escuchemos, que escuchemos nuestra conciencia, que escuchemos nuestro cuerpo que está hablando, que se está pronunciando a través de tantos síntomas; que escuchemos a las personas que queremos, y que nos quieren, que también sepamos escuchar a aquellos que creemos que no nos quieren, que escuchemos al universo, que escuchemos las circunstancias, la realidad; que escuchemos a Dios, que escuchemos al otro, que escuchemos nuestra propia historia, que siempre nos está diciendo algo.
Bueno, tal vez no estemos juntos, pero si debemos estar unidos, y también quede muy claro, que los sacerdotes no nos hemos ido de las parroquias, que los extrañamos muchísimo, así muchas veces llegamos a sentir el agobio del trabajo y de tantos fieles que nos necesitan, y que necesitamos; yo quisiera aprovechar esta oportunidad para decirles a nombre de todos mis hermanos sacerdotes, somos aproximadamente quinientos mil sacerdotes en el mundo; creo yo, que los extrañamos y que extrañamos los besos, los abrazos, que extrañamos la posibilidad de vernos cara a cara, de sentir al otro más cerca; pero estamos juntos, y estamos juntos para enfrentar esta situación y que extrañándolos, echándolos de menos, también tenemos que decirles a todos ustedes fieles, que no nos cansemos de orar, de orar por la realidad mundial, orar por la paz de las naciones, orar por la salud de los pueblos, y que sigamos orando unos por otros, y así estamos inter conectados espiritualmente.
Quisiéramos hacer muchas cosas importantes en este momento, pero ahora es importante OBEDECER, no quisiste sacrificios ni ofrendas, así es que dije: aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad; quisiéramos que todos pudiéramos comulgar sacramental mente al Señor, quisiéramos que nuestros templos estuvieran llenos de gente, orando por esta situación, pero ahora no es lo que queremos, sino lo que debemos ofrecer, y estén absolutamente seguros que, esta, es otra manera de comulgar el cuerpo preciosa y la sangre santísima de nuestro Señor, a través de la obediencia, porque con nuestra obediencia comulgamos, nos unimos.
Y que a nadie se le pueda ocurrir pensar, que no habrá Semana Santa, porque ya hay semana santa; tantos cristos entregando la vida en los hospitales, vestidos de blanco, allí están tantos Jesús cristos, acompañando a los más enfermos, y a los más necesitados.
Tantos funcionarios públicos y tantos comprometidos de maneras solidaria con los más necesitados, ven, ya se adelantó la Semana Santa, esto se adelantó, porque Jesús sigue viviendo, muriendo, padeciendo y resucitando, o curando en todos y en todas…
P. Rodri
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