ROMPIENDO CADENAS:
Estamos aquí para que nuestras cadenas se rompan, caigan, a los pies de Jesús Sacramentado, porque en Él tenemos libertad, en Él tenemos salvación.
Hermanos, lo más interesante de las cadenas, es cuando la gente no sabe que las tiene, eso es lo más interesante, hay veces que somos esclavos y ni siquiera lo sabemos, hay gente que no sabe que está en prisión, que no sabe que está encadenada y por supuesto que esas son las cadenas más difíciles de romper; porque cuando una persona se ve las llagas, sabe que tiene que ir al médico, lo más difícil son las llagas que no se ven.
Hay muchas clases de cáncer, pero el más peligroso, dicen los médicos, que es el que no se nota, pero que va avanzando y cuando lo descubren, ya es demasiado tarde; por eso también se compara la obra del demonio, con la de una serpiente, porque la astucia de una serpiente consiste ¿en qué?, en esconderse, que nadie note que está allí, que nadie la descubra, por eso en esta noche, no sólo necesitamos que se rompan las cadenas, sino que SE DESCUBRAN LAS CADENAS, porque muchas personas no saben que las tienen, uno no sabe de qué es prisionero .
Cuando te levantas y te quieres mover, es cuando te das cuenta que estás encadenado, bueno ese ejemplo es fácil de entender, pero cómo son esas cadenas espirituales que nos tienen amarrados, atados y qué significa moverse, en ese caso; pues déjame decirte que muchas veces la vida, no solo te mueve, sino que te sacude y cuando intentas moverte, es cuando descubres que tienes cadenas.
Ejemplo de joven, retiro, resentido con su papá, varazo difícil, papá te quiero mucho… la manera como este joven describe el encuentro con su papá… nunca le había dado un abrazo al hijo, lo vio como un atacador, pero era su hijo, se sentía amenazado por al abrazo de su propio hijo, no era capaz de dar un abrazo, escuchen esto, no era capaz de dar un abrazo y el papá tiene toda la expresividad de una momia de Guanajuato, tieso, agarrado a su silla como quien aguanta al respiración para que no lo descubran. El hijo estaba haciendo algo que nunca jamás, había sucedido entre ellos y el papá no lograba entenderlo.
Pero, si diez minutos antes, alguien le hubiera dicho a este señor, que estaba encadenado emocionalmente, seguramente hubiera dicho: no diga tonterías, soy una persona normal, yo no le hago daño a nadie, yo no tengo ningún problema, yo no necesito sanarme DE NADA…; pero cuando llega el hijo, cuando él tenía que levantarse de su silla, cuando él tenía que levantas sus brazos pesados y abrazar a su propio hijo, no pudo, o sea que si ¿estaba?, encadenado y ¿él lo sabía? NO, no lo sabía, pues así pasa en la vida.
Muchas veces estamos encadenados y no lo sabemos, sobre todo que estamos encadenados emocionalmente, entonces, ¿Cómo hacerle para conocer nuestras cadenas? Este es el tema que Jesús, tiene para cada uno de nosotros, esta noche. Pero no vamos solamente a descubrirlas, esto se llama ROMPER, queremos primero descubrirlas y después en el nombre de Jesucristo y con su inmenso poder, romperlas: conocerlas, descubrirlas y romperlas, eso es lo que queremos.
Y vuelvo nuevamente a repetir, porque muchos de nosotros ni siquiera sabemos que estamos encadenados; entonces vamos a hablar de cinco clases de cadenas, para que a medida que tú vayas escuchado la reflexión, quizás te sea posible que en algún momento, tú digas, yo creo que yo tengo esa cadena y eso será descubrirla, pero recuerda que no venimos aquí solo a descubrirlas, sino que queremos que esas cadenas se rompan, y sabemos que hay uno más fuerte que todas las cadenas y su nombre es JESUCRISTO (ejercicio para decir Jesucristo).
Vamos ahora a ver las clases de cadenas, ustedes van a estar escuchando y mientras me van escuchado, vamos a pedir el don del Espíritu Santo, para que mientras estoy hablando, tú les vas a decir a Jesús, ilumíname, Señor, porque si hay cadenas, yo no quiero vivir encadenado, yo no quiero vivir prisionero.
Bueno, cinco tipos de cadenas, vamos con la primera:
La primera cadena se llama CADENAS CON LAS PALABRAS Y LOS PENSAMIENTOS, las palabras nos amarran, las palabras nos atan; las palabras tienen poder, eso lo sabemos, y una palabra te puede amarrar, te puede atar, ten cuidado con esto.
Es muy triste saber que este tipo de cadenas las ponemos nosotros mismo a las personas que más amamos; hay papás que han encadenado a sus propios hijos y no se dan cuenta de eso, esas palabras son cadenas y cualquiera diría que una palabra es algo muy débil, NO, la palabra es muy fuerte, muy, muy fuerte. Santiago habla mucho en su carta del poder y uso que tiene la palabra.
Y muchos papás ponen este tipo de cadenas a sus hijos, porque en momentos de impaciencia, dicen cosas tontas, irreflexivas a sus hijos y esas palabras quedan profundamente gravadas en sus corazones, por ejemplo cuando le dicen: eres un inútil, no sirves para nada, no va a ser nadie en la vida, eres un maldito; o decirle a la hija tú eres fea, eres la más fea, parece una tontería, porque eso no termina con una etapa de la vida, el asunto de ser bonito o feo, no es un asunto solamente estético, para todos, pero especialmente para los niños y las niñas, el tema de ser feo o bonito no es solo físico, sino de ¿Soy digna de que me quieran? ¿Habrá alguien que me pueda amar? ¿Habrá alguien que me acepte?
Por eso la palabra feo o fea, no es solamente una palabra tonta, sino que en el fondo puede encadenar a alguien, con ese estigma, porque en el fondo lo que le estás diciendo es que tú no eres digna de ser amada, nadie te va a querer a ti, y esa es una condena suprema mente dura para una persona.
De manera que esas palabras pueden llegar a encadenar a las personas, o a veces las groserías con las que se dirigen muchos papás a sus hijos, hay tener mucho cuidado con eso (ej) Papás agresivos, hacen que sus hijas busquen novios parecido a su padre, agresivo… Es muy difícil salir de las cadenas de palabras, muy difícil.
Otras veces uno mismo se pone, esas cadenas de palabras, cuando uno comete algún error o reconoce que algo hizo mal, uno dice: pero torpe soy, que bruto soy, que tonto soy, ¿no es verdad? nos estamos poniendo nosotros mismos, esas cadenas de palabras; pero hay una que es más fuerte que la cadena de palabra y esa es LA PALABRA DE DIOS, y la palabra de Dios es más fuerte que todas las demás palabras, no te pierdas en la medida que estamos llevando este desarrollo, no pierdas la conexión que tienen unas palabras con otras, unas ideas con otras porque, tienes que darte cuenta que tú has venido aquí, no por casualidad o por curiosidad, has venido aquí porque el Señor te ha traído y él quiere reventar cadenas en ti, y una de las cadenas es esa: cadena de las palabras…
P. Rodri
コメント