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PROCESOS DE CAMBIO

Tercer Domingo Ordinario B

Jonás 3,1-5.10

En aquellos días, vino la palabra del Señor sobre Jonás: "Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo." Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: "¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!" Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños. Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.


Marcos 1,14-20

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: "Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio."

Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: "Venid conmigo y os haré pescadores de hombres." Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.


Los textos de la Palabra de Dios que acabamos de recibir, tienen un mismo nervio común, una idea transversal, y es la luz, Dios habla a través del profeta Jonás, que no conocía verdaderamente al Señor, pero por su predicación, la ciudad de Nínive se convirtió y ahora brilla sobre ellos una gran luz, y así, cambia también nuestra manera de ver, de actuar, de operar de Dios, repito, cambia NUESTRA manera de ver, porque Dios siempre ha operado de la misma forma.


Uno tiene que dejarse iluminar por la luz, independientemente del instrumento (del sacerdote), porque la luz no se da por el que predica, sino que la luz llega, POR EL QUE ESCUCHA…, algunas personas me ha compartido: padre YO NUNCA HABÍA ESCUCHADO lo que usted dijo, exacto, NUNCA lo habías escuchado, porque seguramente a través de muchas personas, Dios ya te había dicho, pero tú no lo habías escuchado, es decir, no le habías puesto atención; por fortuna, este momento es especial en tu vida, y encaja perfecto, entre lo que Dios te dice y lo que tú quieres escuchar.


Así es que, busquemos siempre la luz, más allá de quien nos la entrega, porque si nos vamos tras el instrumento, alguna vez, puede pasar, que ese instrumento entre en la oscuridad, y si tú te fuiste tras el instrumento y el instrumento entró en la oscuridad, tú te oscureces; pero si tu te fuiste tras la luz, y el instrumento se oscurece, tú no te oscureces, porque permaneces en la luz, por eso aprovecho para decirles: NI CREAN, NI DEJEN DE CREER POR UN INSTRUMENTO, porque nosotros, como instrumentos, acertamos y también nos equivocamos, pero como ustedes no están tras el instrumento, sino tras la luz, y aunque el instrumento se apague, se oscurezca, ustedes permanecerán en la luz, es cuando decimos que seguimos a Cristo, no al sacerdote.


Nínive era precisamente una ciudad oscura, sin luz, pagana, sin Dios, y es allí donde Dios muestra su gran amor y misericordia, compadeciéndose de aquella ciudad, que se arrepiente, hace penitencia y se convierte; ve la luz, y sigue la luz, y Dios se retracta, retira su plan de para destruir a Nínive. Dios nos muestra su amor, de la manera más fácil, sino empieza mostrándonos su amor de la manera más difícil, porque los que necesitamos la luz, somos los que estamos en la oscuridad, porque la luz ejerce, realiza su fuera, precisamente en la oscuridad.


Y ¿Cuál es el mensaje que podemos extraer de todo esto? Mira, es muy probable que en tu casa, o tu grupo de amigos, haya personas en oscuridad, y esas personas son quienes más necesitan de ti, es decir, todos encontramos diferentes Nínives, es decir, personas en oscuridad, que necesitan de ti, de tu compañía, de tu consejo, de tu ayuda, de tu presencia, de tu fuerza, de tu liderazgo, de tu ayuda.

Pueda suceder que a las personas que estén en oscuridad, uno termine EXCLUYÉNDOLOS, diciéndoles, bueno, quieres oscuridad, allá tú, NO. En la familia, en trabajo laboral, en la escuela, es persona difícil, desubicada, rebelde, uno le debe poner una atención y afecto especial, porque uno se da cuenta que esa persona se convierte en la Nínive, para nosotros, y nosotros nos convertimos en ese Jonás para ellos.


Las primeras palabras de Jesús, en el Evangelio son: CONVIÉRTANSE

La dinámica del Universo, es una dinámica de movimiento, por eso es muy importante aceptar en la vida, los procesos de cambio que es un estado permanente del ser humano, no te resistas, no te niegues al cambio; permite que todo vaya fluyendo, vaya sucediendo, que todo vaya aconteciendo y Jesús en este día te está diciendo, ábrete al cambio, cambia, conviértete, porque llega el reinado de Dios.

No cambias tú sólo, Dios amoroso en el tiempo, va haciendo en ti la obra del cambio, quien hace la obra es Él y nosotros solo permitimos que él haga la obra; es decir, si tú te abres al cambio, Dios va haciendo cambios importantes en tu vida; no se si tú lo has notado, y espero que si, y puedas decir: yo le abrí el corazón al amor de Dios, y con el tiempo, Dios me ha ido madurando y he ido cambiando, hoy soy mejor… déjate cambiar y verás que todo cambia…


No se te ocurra querer cambiar a nadie, porque nadie cambia a nadie, es mejor, aceptar al otro tal como es, porque en nuestras relaciones, lo mejor que nos puede pasar, es aceptar al otro tal como es… en la vida hay cosas que NO se pueden cambiar, y entre lo que no se puede cambiar, acéptalo, abrázalo; tú no puedes cambiar tu edad, te puede hacer muchas cirugías y aparentar ser más joven, pero seguirás teniendo los mismos años.


«Dios toleró con paciencia que Jonás fuese tragado por el cetáceo, no para que fuese absorbido y destruido definitivamente, sino para que, una vez arrojado de nuevo, fuera más sumiso a Dios y diese mayor gloria a aquél que le había otorgado una salvación tan inesperada, induciendo a los ninivitas a una firme penitencia y convirtiéndolos al Señor, que los había de librar de la muerte, con el estupor que les causó aquel milagro de Jonás. Porque así dice de ellos la Escritura: «todos se retractaron de sus malos caminos, y de la injusticia de sus manos, diciendo: ¿Quién sabe si Dios se arrepentirá y apartará de nosotros su ira, y así no pereceremos?».

P. Rodri



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