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LA ORACIÓN DE SALOMÓN

Les recuerdo que venimos trabajando con una serie de reflexiones llamadas, LOS SECRETOS BIBLICOS DE LA ORACIÓN,y hoy vamos nos vamos a familiarizar con el secreto bíblico de SALOMÓN, que es hijo del Rey David, el segundo rey de Israel, y el mejor rey de Israel, Israel no tuvo ni ha tenido mejor rey, distinto a David; por eso a Jesús les dicen “Jesús, hijo de David”, porque querían ver en Jesús, lo que había pasado con David, 36 años de prosperidad, de paz en las fronteras y de bendición para todos.


Entonces, Salomón es hijo de David y dice la tradición, y la Sagrada Escritura que en la historia, no hubo un hombre tan sabio como Salomón, pero ¿Por qué? Porque a pesar de sus equivocaciones, que a pesar de su despilfarro, porque además era “Gastoncito”, y finalmente fue el que construyó el Templo de Jerusalén; el sueño lo tuvo el rey David y la materialización o realización de ese sueño, lo tuvo Salomón el hijo de David; pero a pesar de todo, fue un hombre sabio, un hombre muy sabio, ¿Pero por qué? Porque fue capaz de PEDIR SABIDURIA, y eso es lo que vamos a orar en esta noche, en el primer libro de los Reyes cap 5,3-10 encontramos la gran oración que hace Salomón, pidiéndole a Dios sabiduría, y eso es lo que vamos a hacer ustedes y yo, en esta noche, le vamos a decir al Señor que nos de sabiduría.


Dice la Palabra del Señor, que un noche, mientras Salomón dormía, y a propósito Salomón era muy joven, su padre David había muerto, y le correspondió sucederlo en el trono (no en el excusado), sino en la regialidad, y mientras dormía: "3. Salomón amaba a Yahveh, y andaba según los preceptos de David su padre, 5. En Gabaón, Yahveh se apareció a Salomón en sueños por la noche. Dijo Dios: «Pídeme lo que quieras que te dé.» 6. Salomón dijo: «Tú has tenido gran amor a tu siervo David mi padre, porque él ha caminado en tu presencia con fidelidad, con justicia y rectitud de corazón contigo. Tú le has conservado este gran amor y le has concedido que hoy se siente en su trono un hijo suyo. 7. Ahora, Yahveh mi Dios, tú has hecho rey a tu siervo en lugar de David mi padre, pero yo soy un niño pequeño que no sabe salir ni entrar. 8. Tu siervo está en medio del pueblo que has elegido, pueblo numeroso que no se puede contar ni numerar por su muchedumbre. 9. Concede, pues, a tu siervo, un corazón que entienda para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal, pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan grande?» 10. Plugo a los ojos del Señor esta súplica de Salomón, 11. y le dijo Dios: «Porque has pedido esto y, en vez de pedir para ti larga vida, riquezas, o la muerte de tus enemigos, has pedido discernimiento para saber juzgar, 12. cumplo tu ruego y te doy un corazón sabio e inteligente como no lo hubo antes de ti ni lo habrá después. 13. También te concedo lo que no has pedido, riquezas y gloria, como no tuvo nadie entre los reyes. 14. Si andas por mis caminos, guardando mis preceptos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo prolongaré tus días.» 15. Se despertó Salomón y era un sueño. Entró en Jerusalén y se puso delante del arca de la alianza del Señor; ofreció holocaustos y sacrificios de comunión y dio un banquete a todos sus servidores." (1Rey 5,3-15).


Pidió SABIDURÍA para dirigir y gobernar el pueblo, que le había sido encomendado y la oración de Salón fue escuchada; y yo creo que tu oración, en esta noche también será escuchada, porque tu plegaria tendrá algo muy similar a lo que pidió Salomón, pediremos sabiduría, SABIDURIA que es un DON del Espíritu Santo de Dios; la sabiduría que es el primer don que regala el Santo Espíritu de Dios, por eso pidamos el Espíritu Santo y pidamos la sabiduría que procede del Padre. Ven Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo…


Dice la Sagrada Escritura que una noche en Gabaón, el Señor le habló en sueño a Salomón; tal vez algunos de ustedes en estos momentos esté pasando por momentos difíciles o por la peor de sus noches, pero cuando se pasa por la peor noche, necesitamos el Espíritu Santo, necesitamos la sabiduría de Dios, porque también puede pasar que hagas lo que no es correcto en tu peor noche, y reniegues de Dios en tu peor noche, y te olvides de Dios en tu peor noche, y te alejes o distancies del Señor. Qué importa que estés en tu peor noche, qué importa, recuerda que Jesús nació en la noche más larga del año, precisamente para enseñarnos que en la peor noche, en la noche oscura, en la más larga noche, Dios está listo para nacer; y esta noche, Dios está listo para nacer en tu vida, Dios está listo para despuntar como despunta el sol de la aurora; Dios está listo para alumbrar como un nuevo amanecer, en ti y en los tuyos.


Te invito a que le cuentes en esta noche, ¿cuál fue o cuál es tu peor noche, la noche más oscura; cuál es tu noche más larga? Porque precisamente eso fue lo que vivió Salomón, probablemente confundido por tener que gobernar tan joven, un pueblo tan numeroso, como lo fue el Pueblo de Israel, en su confusión mientras dormía, se le presentó el Señor, era una noche en "Gabaón".


Cuéntale al Señor qué es lo que te está atormentando, qué es lo que te tiene tan asustado(a), tan preocupado(a), tan molesto, tan amargado, cuéntaselo al Señor, Él está aquí, no en un sueño, sino real y verdaderamente presente, en este augusto Sacramento del Altar, te está viendo, te está escuchando, cuéntale; está aquí en esta noche, para hacerte un ofrecimiento: PIDEME LO QUE QUIERAS.

Y esa misma voz que escuchó Salomón mientras dormía, es la misma Palabra que tú puedes escuchar en esta noche, aquí está el Señor diciéndote, pídeme lo que quieras, no te avergüences, no te midas, pídeme lo que quieras; ahora no te vayas a gastar este momento pidiendo tonterías, ni pidiendo lo que tu mismo puedes conseguir con tus propias fuerzas, aprovecha esta oportunidad que el Señor pone delante de ti, pero no para complacer tu capricho o tu necedad, ten muy claro lo que vas a pedir.


Salomón pidió Sabiduría, quiero invitarte a que tú también recibas respuesta a tu oración pidiendo sabiduría, porque ten la seguridad de que si tú pides al Señor sabiduría, Él responderá dándote sabiduría, que es lo que realmente necesita, no necesitas más, solo necesitas la sabiduría, es decir el saber de Dios para poder regir tu vida, para poder direccionar tus pasos, para poder agilizar tus manos, para poder ordenar tus pensamientos, para poder gobernar tus sentimientos, para poder tomar el control de tu voluntad, solo se necesita la sabiduría; dile al Señor, dame la sabiduría que procede de tu trono, porque siervo tuyo soy.


Vas a cerrar tus ojos un momento y vas a elegir varias áreas de tu vida y para cada área vas a pedir sabiduría: Primero vas a pedir sabiduría para tus pensamientos, porque tú mismo eres testigo de lo absurdo que es tu pensar, de lo insensato, que tu mente que muchas veces te hace malísimas jugadas, porque muchos pensamientos que has tenido, se han convertido en palabras, en actos, en hábitos, y muchas personas se quejan de tus hábitos; pero no saben que su destino, solo es el resultado de sus hábitos y sus hábitos son el resultado de sus actos y que sus actos son el resultado de sus deseos, y que sus deseos son el resultado de sus palabras y sus palabras son el resultado de sus pensamientos; por eso es muy importante pedirle al Señor la sabiduría que procede de su trono, para que tus pensamientos sean sabios.


Ahora vas a pedir sabiduría para tus palabras, pídele al Señor que te de sabiduría a la hora de hablar, a la hora de corregir con tus palabras, a la hora de estimular con tus palabras; dile al Señor que le de sabiduría a tus sentimientos que tú no te dejes arrastrar por los deseos, por los impulsos, sino que tus sentimientos estén bajo el control, el gobierno y el orden de la sabiduría divina, porque tu mismo eres testigo que muchas veces por los sentimientos que nos han estado gobernados por la sabiduría de Dios, tú has enloquecido y te has dejado arrastrar y llevar, en un momento determinado.


Dile al Señor que le de sabiduría a tu área sentimental, a tu área afectiva, a tu área emocional; ahora pídele al Señor sabiduría para tu voluntad, para que las decisiones que yo tome sean las decisiones que tú siempre pensaste y deseaste para mí, no quiero apresurarme en las decisiones que tenga que tomar, porque yo quiero caminar hacia donde tú quieres que lo haga; dale sabiduría a mis pasos, no quiero recorrer caminos que no lleven a ninguna parte. Pídele al Señor sabiduría para tus manos, para tu actuar, para tu proceder, para tu obrar, que de la agilidad y le libere de toda torpeza. Que tu oración sea escuchada (canto).

P. Rodri


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