DOMINGO XXVI, "A" Mateo 21,28-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?" Contestaron: "El primero." Jesús les dijo: "Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis." P.D.
¿Qué significa FIDELIDAD O FIEL? Significa APOYAR, PERMANECER, AYUDAR; en el fiel, yo me apoyo, el fiel permanece y podemos traducir también fidelidad, como DIGNO DE CONFIANZA, por eso, cuando se rompe la fidelidad, se rompe la confianza, por eso lo primero que ataca la infidelidad, es la ruptura de la confianza, la confianza se rompe.
Dice Dios, el que es fiel en lo poco, será constituido heredero en lo mucho, por eso no debemos subestimar, subvalorar, o menospreciar, ni a personas, ni circunstancias, ni lugares; y lo que quiero decir con esto, es que usted ha recibido un DON, una CAPACIDAD, un TALENTO, una HABILIDAD.
Yo he recibido un don, un talento, una capacidad, y puede que el don suyo, sea en números, y el don mío sea en la palabra, pero independientemente del DON recibido, más allá, en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia, con cualquier persona, usted y yo hagamos uso de ese don. No subvaloren, no subestimen, no menosprecien a personas, ni circunstancias, ni lugares para exponer el don recibido; les pongo el ejemplo, si aquí solo vinieran tres o cuatro personas, como yo recibí el don de palabra, con esas tres o cuatro personas, yo tengo que hacer buen uso o exposición, de mi don recibido; porque si soy fiel en lo poco, el Señor me constituye heredero de lo mucho.
Y precisamente eso mismo es lo que le sucedió con un personaje de Biblia, llamado JOSÉ el soñador, que envidiado por sus hermanos, lo quisieron asesinar; su hermano Rubén, intervino para que no lo asesinaran, lo vendieron a unos comerciantes, así llegó a Egipto, a la casa de POTIFAR, allí creció, y cuando creció, la mujer de Potifar, sinvergüenza la mujer, le hecho el ojo. Le echo los perros, y comenzó a asediarlo y le decía, yo quiero dormir contigo; y él permaneció fiel al Señor y le dijo NO, porque tengo que ser fiel al Dios en quien creo, y segundo, no puedo traicionar al hombre que me ha dado posición en Egipto, a tu esposo Potifar y entonces ella molesta porque José no caía en sus garras, terminó creando una historieta o patraña, diciendo que era José el que la asediaba, y termina José en la cárcel.
No se nos debe olvidar, que la envidia que despertó José en sus hermanos, era porque José tenía un DON, que era el don de interpretar sueños; y allí en la cárcel se encuentra con dos personajes, el panadero y el copero real. Los cuales tienen un sueño, y José interpreta el sueño a esos compañeros de prisión.
Miren como son las cosas, todo está conectado en la vida, por eso no menosprecies ni personas, ni circunstancias, ni lugares para exponer el don que has recibido; porque si José hubiera dicho: ¿yo que voy a exponer mi don a dos prisioneros, aquí en la cárcel, que quien sabe qué hicieron? Mi don es para otras coas… ¡NO!, sino que expone allí su DON.
Luego el copero sale de prisión y cuando el Faraón tiene un sueño y no encuentra quién se lo interprete, el COPERO, recuerda que el hebreo que está en prisión interpreta sueños y le dice al Faraón, yo sé quién puede interpretar tu sueño, el Faraón manda sacar a José de la cárcel, José interpreta el sueño del faraón, José adquiere prestigio ante la corte real de Egipto, y termina siendo el primer ministro de Egipto, no es eso fascinante, como los planes de Dios se manifiestan en todo su esplendor, esto significa que como fue fiel con su don entre humildes, y el Señor lo hace poseedor de lo grande.
Se es fiel al don recibido, cuando usted lo expone a tiempo y a destiempo, entre humildes y entre grandes, con pocos y con muchos, usted no sabe si alguien pequeño, lo va a llevar a lo grande; o si un trabajo humilde y sencillo, lo va a lanzar al estrellato, usted no sabe… por eso, no subestimen a nadie; porque finalmente el don que tienes, no te pertenece, lo has recibido solo para administrar. Y eso nos puede también suceder a nosotros, conozco a personas que terminaron su carrera profesional, pero no han querido trabajar, porque no les dan en su primer trabajo, algún cargo de gentes, de dirigentes, porque consideran un insulto, cualquier otro empleo, y prefieren mejor no hacer nada, de ganar mucho o no ganar nada, prefieren mejor, no ganar nada…
En cambio otras personas inteligentes, sin carrera, emprendedores, granjeadores se ponen hacer y aprovechar cualquier oportunidad que se les presente en la vida, y han llegar a ser gerente, y hasta dueños la empresa donde iniciaron desde abajo; que lindo, que maravillosa experiencia, de saber usar y expresar el DON recibido, por eso no debemos subestimar, subvaloren, o menospreciar, ni a personas, ni circunstancias, y expone allí su DON recibido.
En la Parábola del Evagelio, dos hijos tienen un parecido: los dos son desobedientes, pero uno de ellos se cree "obediente"... Y aquí está lo malo, porque al afirmar que es obediente, no deja lugar a la conversión, al cambio de actitud.
La diferencia entre los personajes que aparecen en el Evangelio de hoy: los publicanos y las prostitutas, por su estilo de vida, saben que necesitan salvación, lo sienten su conciencia moral, su conciencia moral, está gravemente afectado por su pecado comedio, pero su fe en Dios, saben que necesitan Salvación.
En cambio, los fariseos, están en la situación contraria: su conciencia moral está en buenas condiciones, porque creen no necesitar salvación, y el creerse ya totalmente santos entraña un serio peligro, que es no darse cuenta de sus defectos, pero si fijarse y juzgar los defectos de los demás.
Por eso cuidado con nuestro modo de vivir y creer que como "Yo no mato, no robo, no hago mal a nadie..." ¡Las bancas de la Iglesia tampoco lo hacen! Vean las bancos o pupitres, en los que nos sentamos, se pasan todo el día y todos los días en la Iglesia, ellas participan en todas las Misas, están siempre en silencio, hacen ayuno y abstinencia, y prestan valiosos servicios durante las celebraciones, no hacer nada malo, y por eso, ellas ¿Son ellos nuestro ideal de un cristiano? ¡Claro que NO!
La parábola de los dos hijos, ilustra dos actitudes diversas ante los desafíos y propuestas de Dios:
1. El primer hijo, fue invitado por el padre a ir a trabajar “en la viña”. Su primera respuesta fue negativa: “no quiero”. En el contexto familiar de Palestina del tiempo de Jesús, se trata de una respuesta totalmente reprobable, particularmente porque una actitud de este tipo iba en contra de todas las convenciones sociales. Cubría a un padre de vergüenza y ponía en duda su autoridad ante los familiares, los amigos, los vecinos. Sin embargo, este primer hijo acabó por reconsiderar su postura y fue a trabajar a la viña.
2. El segundo hijo, ante la misma invitación, respondió: “Voy, señor”. Dio al padre una respuesta satisfactoria, que no ponía en duda su autoridad, ni su “honra”. Quedó bien a la vista de todos considerándolo como un hijo ejemplar. Sin embargo, acabó por no ir a trabajar a la viña.
La cuestión planteada inmediatamente por Jesús es: “¿Cuál de los dos cumplió con la voluntad del padre?”. La respuesta es tan clara que los propios interlocutores de Jesús no tienen ningún inconveniente en decir: “el primero”.
La parábola enseña que, en la perspectiva de Dios, lo importante no es quien se comportó bien o quien no escandalizó a los demás, sino, de acuerdo con la lógica de Dios, lo importante es cumplir, realmente, la voluntad del Padre. En la perspectiva de Dios no basta las palabras bonitas (como los enamorados) o declaraciones de buenas intenciones, sino que es necesaria una respuesta adecuada y coherente a los desafíos y propuestas de nuestro Padre Celestial.
Jesús deja en claro que lo que está en juego no es la “impecabilidad”, sino la OBEDIENCIA confiada, en nuestro Padre celestial; que en términos corresponde a FIDELIDAD, y la fidelidad a su vez es saber usar y expresar el DON o dones recibidos, por eso no debemos subestimar, subvalorar, o menospreciar, ni a personas, ni circunstancias, ni lugares. Dios les bendiga.
P. Rodri
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