¿Quién soy para que la madre de mi Señor venga a verme?
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 39-45
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".
Palabra del Señor.
RELFEXION
Este cuarto domingo de Adviento, el Evangelio nos cuenta el viaje de María a la casa de su prima Isabel.
¿Siendo parientes, María e Isabel, cómo es que la Virgen no sabía del embarazo de Isabel? Ya habían pasado seis meses, el mismo Evangelio de San Lucas no explica qué fue lo que sucedió, dice que Isabel, esposa de Zacarías, concibió y se mantuvo oculta durante cinco meses, decía, el Señor se ha dignado librarme de esta humillación a la vista de todos, definitivamente no solo se oculta a la vista de todos, sino también oculta a las noticias de familia; por otra parte, las comunicaciones no eran tan frecuentes ni tan fáciles, ¿cómo podían saberse las cosas?
Anécdota: en mis tiempos de niño, éramos muy, muy pobres, pero mi mamá tenía un radio de transistores, en el que oída las radionovelas de la güera Chabela; Kalimán, el ojo de vidrio, chucho el roto; pero también escucha un programa matutino que diariamente se escucha, llamado “cartas a la sierra”, era la manera como ella y tanta gente se enteraba de lo que sucedía en las familias de los ranchos y de la sierra…
Si hace 50 años no era tan fácil los medios de comunicación...
Pues imagínense en los tiempos de Jesús, no era fácil la comunicación, solo podía saberse las cosas entre parientes en común, o personas que viajaran de un lugar a otro; por supuesto ni pensar en estos medios que tenemos ahora del teléfono, video llamadas, internet… Si nuestra muy querida Isabel hubiera tenido watsap o feacebook, de inmediato le hubiera enviado un mensaje a María Santísima: ¿qué crees? ¿Qué crees? no te imaginas la noticia, el noticiononón, pero Isabel no contaba con esos medios, su extrema discreción, su maduréz, su ocultamiento; indica por una parte la profundidad del don que ha recibido, pero también es una especie de temor, al pensar cómo recibirá la gente esta noticia, recordemos que Isabel ya era de edad avanzada, y yo a estas alturas embarazada, diría Isabel, que no quiere pasar de la humillación de la esterilidad, con un embarazo tan tardío.
El Ángel Gabriel que había hablado a Zacarías le habla a la Virgen María, y María inmediatamente capta el mensaje como mujer detallista, como mujer sensible, como mujer compasiva o simplemente como mujer, ella capta lo que esto significa y ya sabemos lo que sucede, con esa capacidad de anticiparse; esa capacidad de sentir la necesidad del otro, María se pone en camino…
El Evangelista San Lucas nos invita a hacer ese contraste de esos dos embarazos:
1. el embarazo de una estéril, y el embarazo de una Virgen;
2. el embarazo de una mujer muy mayor, y el embarazo de una jovencita, desposada pero todavía no consumado el matrimonio con su esposo.
Ese contraste de embarazos está lleno de enseñanzas para nosotros, porque no es otra cosa, sino el contraste de lo que va a ser la vida y el ministerio de Juan, y lo que va a ser la vida y el ministerio de Jesús.
Sabemos que las dos mujeres: Isabel y María, cantaron la grandeza de Dios que ha actuado en la vida de cada una de ellas. Sabemos que los niños, en sus vientres, saltaron de gozo en el vientre de sus madres. Sabemos que María era la portadora de Dios, la nueva arca de la alianza, llena ahora, no con las tablas de la ley y el maná, sino llena de Jesús, llena del Espíritu de Dios; sólo ella romperá la fuente para entregarnos a Jesús, el regalo del amor de Dios.
Isabel, llena del Espíritu Santo, fue la primera en llamar a María "madre de mi Señor", la primera en conmoverse ante la presencia de Jesús y de llamar a María tres veces, BENDITA.
1. "Bendita entre todas las mujeres".
2. "Bendito es el fruto de tu vientre", y
3. "Bendita tú por haber creído".
María e Isabel, dos mujeres bendecidas por Dios, son para nosotros verdaderos modelos de la espiritualidad de la espera y de la confianza en Dios. Ambas quedaron embarazadas por el poder de Dios y bendecidas para siempre porque Dios se acordó de su pueblo. María e Isabel, dos mujeres sorprendidas y agradecidas porque Dios las visita y las bendice con el don de la maternidad.
Isabel, casada con Zacarías, ambos viejos, viven en fidelidad a las promesas y a la Alianza del Antiguo Testamento. Que estas dos mujeres Isabel y María, nos inspiren esas dos actitudes propias del Adviento: humidad y recogimiento, y el espíritu de servicio.
¿Ya has encontrado el regalo perfecto para esta Navidad?
· Tus hijos no necesitan un nuevo juguete, te necesitan a Ti.
· Tu esposa no necesita el último perfume de Calvin Klein, te necesita a ti.
· Tus padres ya mayores no necesitan guantes nuevos, necesitan que tú les caliente sus manos con tu calor.
· Dar cosas es fácil; darse uno mismo es lo difícil.
· Jesús es el regalo de Dios para todos nosotros y no necesita nada, pero nos necesita a nosotros.
¿Le daremos un poco de nuestro amor, de nuestro tiempo, de nuestra vida? ¿Le haremos una visita al pesebre? ¿Le adoraremos como nuestro Rey y Señor?
Cada uno de nosotros pensemos en silencio y respondamos con acciones… Que así sea.
P. Rodri
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