top of page
Writer's picturePbrorodrigocuevas

HOMILIA EN EL DIA DE LAS MADRES

LA BELLEZA DE LA MUJER


Qué grande es Dios que nos ha dado un don maravilloso, y no sólo para nosotros, sino para las mamás mismas. A una mamá se le celebra un día al año, pero lo que no sabemos es que ella misma se festeja los otros 364 días restantes con el gozo de ser lo que es: mamá.


El modelo más grande e insuperable que podemos encontrar es precisamente el de la Santísima Virgen María, porque Ella es mujer como ustedes, esposa como ustedes, mamá como ustedes. Ella no debe faltar en sus vidas, queridas mamás, porque en Ella encontrarán el apoyo, el consuelo y la fortaleza para llevar a cabo la misión que Dios les ha encomendado. Les animo a que aprovechen este mes de mayo, dedicado a María, para que se consagren a Ella, para que le consagren su matrimonio, sus hijos, su familia entera. No podemos estar en mejores manos que en las de María y su Hijo Jesucristo.


Les diré lo que pienso acerca de la belleza que Dios ha dado a la mujer.


1. Comencemos por la belleza interior:


La belleza que Dios ha puesto en el corazón de la mujer es mucho más grande de lo que cualquier persona en el mundo puede llegar a imaginar, incluso ella misma. Dios le ha dado los sentimientos más bellos para con cualquier persona. La mujer lleva el heroísmo y un sin fin de virtudes en su corazón, que la llevan a donde nunca lo llegarían a imaginar. Transmite la vida; es verdad que la concibe en su seno, pero la vida comienza antes que nada en su corazón.


La mujer es capaz de pensar en todo, de sentir con todos, de vivir con todos, de experimentarlo todo y, aun así, seguir siendo ella misma. Su intuición es simplemente maravillosa. Su pensamiento no tiene fronteras, su creatividad es inagotable, su sentimiento es insuperable y su emoción es infinita. Me atreveré a decir que sus defectos son algo así como parte de su debilidad: el amor.


Es verdad que es algo complicada, sin embargo la mujer es intensa, porque todo está conectado en su alma y en su cuerpo, en su mente y en sus sentidos. Piensa y siente con el corazón, así como también sabe amar con la "cabeza". Yo diría que los sentidos del cuerpo, Dios se los agudizó en el corazón.


Sí viéramos sólo el alma de la mujer caminando por ahí, todos quedarían inmediatamente enamorados de ella, pero nuestro mundo se equivoca pensando que los parámetros de belleza que ha impuesto son los que hacen bella a una mujer y eso no es verdad, porque lo único que hace el mundo con esta actitud es limitar la verdadera belleza de la mujer. Pero lo que podría llegar a ser peor es cuando la mujer misma se cree lo que el mundo le impone, porque en ese momento deja de valorarse como ella es.


2. La belleza exterior


La belleza exterior que Dios ha dado a la mujer es también asombrosa. Dios la hizo delicada, "frágil", mimosa, coqueta... Es capaz de decirlo todo con la mirada. Sus manos son milagrosas, porque con sus caricias puede convencer, curar, comprender, consolar...


Sus labios son fuente de verdad y dulzura... Dios hizo a la mujer con la suavidad de las nubes, la dureza del acero, la ternura más inimaginable, la fragancia de las flores, el encanto de los paisajes del paraíso, el embeleso de los ángeles y la fiereza defensora y cazadora de las creaturas que tanto imponen a todo ser viviente.


La mujer se refleja en la belleza de Dios. Dios hizo a la mujer bella, porque la colocó en la cúspide de la creación, porque la creó con el encanto capaz de cautivar al varón y enseñarle los secretos del corazón.

Toda mujer en el mundo es bella (no existe mujer fea). Por eso es un error que la mujer se esmere en la belleza de su cuerpo y no trabaje por la belleza de su alma. Me gusta recordar que la belleza del alma de una mujer se manifiesta en la belleza de su cuerpo y no al revés... De igual modo es verdad que los arreglos, maquillajes y adornos exaltan esa belleza que Dios le ha dado, pero nunca esos arreglos serán mayores que su adorno más bello que son sus virtudes.


La mujer tiene que cuidarse y estar siempre bien arreglada, verse bien, pero no para usar esa belleza como arma para un fin egoísta o para una vanidad desmesurada, sino para hacer brillar en ella la decencia, el recato y la sobriedad de una belleza que, al fin y al cabo, es de Dios y tiene que llevarnos a Él.


Te he hablado de la belleza de la mujer, pero al mismo tiempo te he descrito la belleza de una mamá, que queda sublimada en el momento que ella comienza su maternidad. Y me viene a la mente esa frase que dice: ¡Qué tendrá una madre, que hasta el mismo Dios no quiso privarse de tener una para sí! Y ahora me atreveré a decirte que cada vez comprendo mejor lo que tiene una mamá: un corazón inmenso en el que caben todos los seres que tanto ama, un corazón lleno de amor, y un alma invencible capaz de llenarlo todo de amor.


Tú, mujer, que me escuchas, eres una mujer preciosa, no por el cuerpo ni los zapatos, ni la marca de ropa que usas, sino por lo que eres y porque te tienes que valorar como creatura e hija de Dios. Eres preciosa porque eres diferente, única y maravillosa, porque Dios es el que te ha creado de modo extraordinario, y porque Dios te ha hecho inigualable. Valórate, sé humilde, y nunca te canses de ama.


Han quedado muchas cosas en el tintero del pensamiento que ya no podrán salir, pero termino estas palabras refiriéndome acerca de las mamás: Gracias mamás, no se cansen nunca de ser respuesta, de encontrar felicidad en lo que son, no se cansen de amar, no se cansen de luchar.

Mamás, las queremos; mamás las necesitamos. Que Dios las bendiga siempre. Amén.

(Cfr. Tomado de la homilia del Papa Francisco)

P. Rodri



11 views0 comments

Recent Posts

See All

Comments


Subscribe

Stay up to date

Home: GetSubscribers_Widget
Church Altar

CONTACT

Your details were sent successfully!

Home: Contact
bottom of page