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ENSEÑANZA DE LOS PASTORES

Reflexión: MISA DE MEDIA NOCHE

El cántico y el himno de los Ángeles, sigue vigente para nosotros, con la ayuda del Espíritu Santo, escudriñemos algunos detalles del Evangelio que se hemos escuchado, porque Dios que es abundante en su amor, nos ha dejado llenos de reglaos de su amor.


En el texto que acabamos de escuchar, las cosas no sucedieron porque si; que Nuestro Señor Jesucristo naciera en medio de la noche, no fue porque si; que naciera en la humildad de un pesebre, no fue porque si; que sus testigos, después de su padres Joe y María, fueron también unos pastores, tampoco fue una coincidencia, tampoco fue porque si.


Fijémonos especialmente en esos pobres pastores, fijémonos en esos predilectos del amor de Dios; concretamente destaquemos en ellos que SON POBRES, que están a la intemperie, y que se ayudan unos a otros a pasar el frío y la incomodidad de la noche. Esos cuatro aspectos nos van a dar grandes enseñanzas a nosotros; porque si hoy podemos llamar predilectos de Dios a esos Pastores, indudablemente nuestro corazón quiere apresurarse, para llegar junto con ellos al pesebre y para ver al niñito re cien nacido, en el regazo de su madre.


Así es que hagamos el recorrido sobre esos cuatro aspecto, que pudieran ser más:

Lo primero es que SON POBRES, desde muy antiguo, en el pueblo de Israel, el oficio de los pastores, tenía mala fama y era despreciado, debemos recordar que, cuando Dios eligió al Rey David; el encargado de hacer realidad ese decreto divino, fue un profeta llamado SAMUEL, guiado por Dios, va a la casa de un hombre llamado JESÉ, de la tribu de Judá, y cuando Samuel expresa a Jesé, el motivo de su visita, Jesé se alegra y empieza a presentarle a sus hijos, para ver a cuál ha elegido el Señor.


Samuel que, como buen profeta, tiene profunda comunión con el corazón y la mirada de Dios, ve a estos aspirante al trono y tal vez, en su rostro, o en su codicia, no terminan de convencerle, de modo que al final le pregunta a Jesé si no quedan más hijos, y es hasta entonces, solo entonces, le dice que si, que queda otro que está detrás de las ovejas, esa escena que es del primer libro de Samuel, nos muestra bien que clase de opinión había en el pueblo de Israel, sobre los pastores, importaban poco, valían poco, despreciados por tantos, estaban cerca, muy cerca, del corazón de Dios.


Y ahora esos mismos pastores, son la referencia y sirven como testigos, del gran acontecimiento de la Encarnación del Hijo de Dios. Nosotros, tenemos cada uno, una tarea en la vida que es encontrar cuál es tu riqueza y cuál es tu pobreza; hay personas que se creen ricas por el dinero, por los títulos, por su arcurnia, por sus amigos, por sus oficios. Pero pocas personas en cambio se preguntan cuál es su pobreza, en qué me puedo parecer a esos humildes pastores, de los campos en las noches en Belén, y para descubrir nuestras pobrezas, necesitamos entrar en las celdas del autoconocimiento de si mismos; porque las riquezas que uno encuentra en uno, casi siempre las utiliza como tentación, como medio de dominio, o como instrumento de manipulación.


En cambio, las pobrezas que descubrimos en nosotros, son cosas que NO QUEREMOS VER, y que si las vemos, las tendemos a esconder. Pero en esta noche de Navidad, que tiene tantas paradojas, nos hagamos en serio la pregunta de cuáles son nuestras pobrezas, que pudieran ser debilidades, necesidades, incoherencias, heridas, pecados, y creo que de esto tenemos todos… lo paradójico de la noche de Navidad, esas cosas que nunca queremos ver, son las que nos hacen más cercanos a los predilectos de Dios, en Noche Buena.


De modo que al descubrir estas necesidades nuestras, a las que somos conscientes de que si tenemos esas necesidades, estamos acercándonos al pesebre; estamos acercándonos al regazo de María, estamos acercándonos al corazón valiente y puro de San José.


Estos PASTORES, ERAN POBRES, ahora fijémonos en el oficio mismo que tenían, eran PASTORES, lo propio del pastor es, por supuesto, CUIDAR EL REBAÑO, eran gente acostumbrado al verbo: CUIDAR, y ese verbo, nos acerca mucho al VERBDO DE DIOS, porque cuidar, supone algo tan sencillo como por ejemplo cuidar una planta, o cuidar un animalito, y mucho más claro, cuidar a una persona; uno se ve empujado a salir de si mismo; cuidar significa buscar el alimento, el agua fresca, pero también significa cuidar los peligros, alejar a los enemigos.


Por supuesto que cuidar se acerca bastante a ese verbo, que luego nos dirá Jesucristo, el del amor al prójimo; cuidar es salir de nosotros y ocuparnos de otros, y los que son capaces de hacer eso, siempre encontrarán a Jesucristo, los que son capaces de salir de su interés inmediato. Si el mundo padece tantas enfermedades emocionales y psicológicas actualmente, una parte de la raíz tiene que estar en la falta de este verbo CUIDAR.


Dios me ha concedido acercarme a la vida de muchas personas, y el gran dolor no es el atraso tecnológico, sino el gran dolor, es que sus padres no tienen tiempo para ellos; es que mi papá siempre tiene algo más importante que hacer en su trabajo, es que cuida más su empresa que a mi; es que mi mamá cuida más su ascenso profesional que a nosotros, ese descuido, deja heridas muy profundas, ese descuido causa primero un sentimiento de perplejidad, luego de tristeza y luego de rabia, así es que aprendamos de los pastores de la noche de Belén, la necesidad del verbo CUIDAR.


No seamos hijos de CAÍN, Caín le dijo a Dios, yo no tengo que cuidar a nadie, yo no soy guardián de mi hermano, yo únicamente velo por lo mío, ese es el lenguaje de Caín, nosotros no seamos hijos de Caín, nosotros debemos ser hijos de aquel que dice que nosotros somos ovejas y pueblo de su rebaño, porque el primero que cuida el rebaño, es Dios mismo; así es que ya tenemos dos lecciones que nos ayudan acercarnos al PESEBRE de verdad, no solo con nuestro cuerpo, sino con nuestro corazón.


La primera lección es entrar en nosotros mismos, reconocer nuestras pobrezas, sabernos necesitados de ese bendito Hijo de Dios. La segunda enseñanza es no encerrarnos en nuestros intereses, sino que hay que aplicarnos en el VERBO CUIDAR y que hay que aplicarlo en todas partes: cuida a tu pareja, cuida tus hijos, cuida a tus compañeros, hay epidemia, verdadera epidemia de depresión, de soledad, de intolerancia, de enfermedades emocionales, y eso no se puede solucionar simplemente con pastillas que nos suban el ánimo. No necesitamos tanta dosis de medicamento, lo que si necesitamos es sentirnos cuidados, sentir que a alguien el importamos, y puesto que todos lo necesitamos, también todos estamos invitados a darle un poco a los demás.


El tercer aspecto que queremos destacar, es que esto pastores ESTÁN DE NOCHE, la noche es momento incómodo para trabajar, pero ellos o suspenden su trabajo, ellos trabajan y siguen cuidando aunque esa de noche, y sabemos que la noche tiene un profundo simbolismo, noche que también significa, la oscuridad de la conciencia, la dificultad para discernir unas cosas de otras; a mi me parece que en este país estamos de noche, no por la hora que es, sino de noche, moralmente hablando; estamos de noche cuando sentimos de muchos de nuestros líderes nos decepcionan y no hay simplemente a quién acudir; estamos de noche cuando nosotros los sacerdotes los decepcionamos a ustedes por nuestros pecados, por nuestra suciedad de costumbres, por nuestra falta de oración, por nuestra falta de Dios y la gente no tiene a veces no encuentran a donde mirar, y hay otros que encuentras buenos obispos y sacerdotes que también los hay, y son muchos, pero hay otros que se han sentido alejados y golpeados de la iglesia y por eso todos tenemos que hace penitencia, los que amamos a Cristo, y ESO ES OSCURDIDAD, todo lo que desdibuje lo que significa la familia, lo significa la pareja, lo que significa el cuerpo, eso es oscuridad.


Oscuridad es la confusión en que se sienten muchas personas y la falta de esperanza, cuando no encuentran un futuro, en todos esos sentidos y más, podemos decir que estamos de noche, pero ESTOS PASTORES (de Belén), no se dejan vencer por la noche, esa es la tercer invitación de hoy, que hay corrupción, que hay mentira, que hay engaño, que todo mucho roba, que el soborno se ha convertido prácticamente en ley. Pero los pastores nos están enseñando algo muy importante, que aunque sea de noche hay que cuidar el rebaño, aunque sea de noche hay que mantener encendida una lámpara, aunque sea de noche, hay que seguir el camino, no vamos a utilizar la noche, para dejarnos arrastrar por el pecado simplemente porque todo mundo lo hace.


El cuarto aspecto, es que ELLOS SE AYUDABAMN POR TURNOS, nos dice San Lucas en el pasaje que hemos oído, por turnos, ninguno esa suficientemente fuerte para aguantar todo el peso, toda la noche, qué enseñanza podemos sacar de esto: por favor en el hogar, POR TURNOS, que el esposo mire a la esposa, que cuando la vea cansada, tensa, estresada, y que va llegando a su límite, entienda que ella necesita un descanso, un reposo, por turnos, no le dejes todo el peso a la mujer.


Otras veces los hijos son terriblemente egoístas, porque mi papa tiene que darme y mi mama, tiene que atenderme; hijo, hija, déjame que te diga, tu papa también siente, tu mama también se cansa, por turnos, hay cosas tan sencillas que poder bella y mucho más humana la vida en el hogar. Hijos, cuándo fue la última vez que dijeron a sus papás, mira no es necesario que tú hagas eso, yo lo hago…, puede ser algo tan simple, como lavar unos platos, puede ser algo tan simple como ayudar a limpiar la casa, cuándo fue la última vez que te ofreciste; por turnos quiere decir que todos somos frágiles, con mucha facilidad exigimos y esperamos mucho de los demás; por turnos también quiere decir que nosotros sacerdotes, también necesitamos el apoyo de ustedes, por ejemplo, todos tenemos que implicarnos en la educación de sus hijos, cada quién haciendo lo mejor que podemos, porque si lo que tu hijo escucha en la predicación, o en clase, luego queda contradicho, por todo lo que se vive en la casa, entonces no nos estamos ayudando, por turnos, yo ayudo aquí, tú ayudas allá.


Hay lugares a donde yo como sacerdote no puedo entrar, en la empresa donde tú trabajas yo no puedo entrar, pero tú tienes que hacer lo que te toca en tu trabajo, por turnos, para que el mundo pueda ser más humano, pero todavía algo mejor que eso, para el mundo pueda recibir la Buena Notica del Evangelio. Estas son solo algunas de las lecciones o enseñanzas que encuentro en estos pastores, resumiendo:

Como ellos son pobres, nosotros somos llamados a descubrir nuestra necesidad, nuestra pobreza, nuestras heridas, nuestros vacíos, y nuestros pecados, porque por ellos vino Jesús; eso nos ofrece al pesebre.


Segundo, ellos son pastores, ellos cuidan, ellos salen de si mismos, salgamos nosotros de nosotros mismos, miremos un poco más al que tenemos cerca, descubramos cual pueda ser su necesidad, no seamos hijos de Caín, eso nos acerca al pesebre.


Tercero ellos vencieron la noche, no permitamos que una especie de comodidad mediocre nos envuelva a todos y la disculpa de que todo mundo lo hace y nos vuelvan a todos cómplices, aunque sea de noche, seas el único que le enseñe a tu hija, cómo se deben hacer las cosas, no dejes de enseñárselo, y finalmente por turnos, ninguno de nosotros puede con todo, tenemos que ayudarnos en la pareja, en la familia, en la sociedad, en la Iglesia, y así, poniendo cada uno un poco de si podemos acercarnos y podamos recibir el regalo precioso, el regalo grande de la Navidad, Jesucristo el Señor, que ha venido para consuelo y gozo de nuestras almas. Feliz Navidad.

P. Rodri



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