EL SILENCIO DE DIOS

VIERNES SANTO B

Y es que, para que alguien viva, otro tiene que aprender a morir en algo:

LOS LABIOS INERTES DEL SEÑOR

“Inclinada la cabeza expiró”, el autor de la vida ha muerto; a Palabra Eterna de Dios ha quedado en silencio. Entro en el mundo en silencio, nació a la vida humana en silencio y se marchó de la vida en silencio.

Es el silencio de Dios del que todos nos quejamos cuando no entendemos lo que nos sucede. Los labios entreabiertos de Jesús muerto, quieren decir algo que su boca no ya no puede pronunciar; pero Jesús siempre creyó más en sus obras, que en sus palabras cuando dijo: “Si no me creéis a mí, creed en mis obras”, y lo que esos labios entreabiertos ya no pronuncian, pero proclaman sus obras, es aquello que Jesús dejo dicho: “como yo os he amado, este es mi mandamiento, esta la única cláusula de su testamento.

Y la Palabra de Dios guarda silencio en los labios entreabiertos de Jesús muerto, y es que ha llegado la hora, de que seamos nosotros su Palabra; que seamos nosotros los que nos adelantamos, en el amor a nuestros hermanos; que hombro con hombro y mano con mano nos hagamos compañeros del vía crucis de los que sufren, haciendo así, inteligible, el silencio de Dios que calla. Esto es lo que esos labios inertes de Señor Jesús nos dicen, y nos envía a ser su Palabra, que no se oirá en el mundo, si no la pronunciamos nosotros.

¡Este es el árbol de la cruz! Sin especiales efectos, ni grandes escenografías: ¡DIOS DESNUDO! Así vino en Belén, y así se nos va en el calvario: desnudo. Nunca, la grandeza divina, alcanzó tan alta cota de humanidad.

Así como en Belén, hoy en el calvario, Jesús sigue despertando los mismos sentimientos: Hoy, viernes Santo, como entonces en Belén, habrá muchos que vivan indiferentes al amor, y a la ternura de Dios; nació por amor en el pesebre, y de nuevo vuelve a renacer, pero ahora en un pesebre alzado en forma de cruz. Hoy, Viernes Santo, como entonces en el Gólgota, Dios muere y muere por amor, así nos lo muestra la confesión de aquel soldado: ¡En verdad, éste, era Hijo de Dios!

Vamos a descubrir el valor del crucificado y el valor de la cruz.

TAN CERCA DE LA CRUZ Y TAN LEJOS DE JESUS.

Hay algunos personajes que uno los ve muy cerca de la cruz, pero en realidad, muy lejos del crucificado, y sería lo peor que a ti y a mí nos pudiera pasar: estar cerca de la cruz, pero lejos del crucificado; entre algunos de esos personajes, tenemos a LOS SUMOS SACERDOTES, los que hicieron todo lo posible y lo imposible para que Jesús el Maestro, fuera crucificado, ellos estuvieron tan cerca de la cruz, pero muy lejos del crucificado, y por qué lo digo, porque eran hombres muy religiosos, como ustedes y como yo y es que ser una persona religiosa, no garantiza que estemos cerca del crucificado y esto nos puede sonar un tanto brusco y atrevido.

Pero es que podemos ser tan amigos de la Eucaristía dominical, que no nos la perdemos, tan amigos de la Hora Santa; tan amigos del santo rosario, tan amigos de tantos actos piadosos, y pero a la vez, estar tan lejos del crucificado; o podemos ser muy rezanderos pero estar alejados prójimo, y nos puede pasar lo que le pasó a los sumos sacerdotes, que hicieron todo y más en nombre de la religión, para crucificar a Jesús; en nombre del dios en que creían, para crucificar al Hijo Único del Dios Eterno, nos pasa lo mismo, muy cerca de la cruz y muy lejos del crucificado, ¿Qué significa esto? Que no basta rezar, no basta solo asistir a misa; no basta estar el día entero en el templo, eso no basta, cuando no hemos sabido reconocer en el otro, el Templo de Dios.

Otros personajes, tan cerca de la cruz y tan lejos del crucificado: LOS SOLDADOS ROMANOS, pegados a la cruz, al pie de la cruz, y tan lejos del crucificado, a kilómetros, a enorme distancia del crucificado; allí están jugando a los dados, allí se están jugando las vestiduras del maestro, con absoluta indiferencia, ¿Qué significa esto? Que la indiferencia y la insensibilidad nos aleja del crucificado, así estemos cerca de la cruz.

Otro personaje: tan cerca del acontecimiento de la crucifixión y tan lejos de Jesús, por qué, porque en sus manos está la mayor tentación del ser humano: EL PODER DE PILATO, y hay dos opciones o dos caminos, lo dijo Jesús, que no se podía servir a dos amos porque agradarías a uno y decepcionarías al otro; o atiendes al poder o atiendes a Jesús. Está muerto de miedo, porque la turba está sublevada y la gente sublevada pone en tela de juicio su gobierno, su poder, dicen, “si sueltas a ese, no eres amigo del Cesar”.

Probablemente esas palabras le entraron a Pilato y le corrieron de arriba abajo produciendo en él un escalofrío inmenso porque había una amenaza palpable, latente en contra de su poder; y cuando nos parece más importante el poder que el ser humano, cuando no entendemos que el poder es para servir, y con el poder manchamos, manipulamos, destruimos, humillamos y lastimamos al otro, estaremos muy cerca de la cruz, y muy lejos del crucificado.

Y hay otro personaje, UNO DE LOS BANDIDOS, reniega, se enoja, está resentido, se encuentra cerca de la cruz y lejos del crucificado; aunque estés cerca de la cruz, mientras tú estés lleno de resentimientos, de enejo, de deseo de venganza, aunque esté cerca de la cruz, estarás lejos del crucificado.

Por eso esta tarde de Viernes Santo, se convierte en una gran oportunidad, para que cada uno, más que querer estar cerca de la cruz, busquemos estar cerca del crucificado, y para poder estar cerca del crucificado entonces, tendrás que hacer el ejercicio de perdonar todas las ofensas, todos los improperios, todo el daño que otro te haya echo; porque mientras haya rencor en tu corazón, por más cerca que estés de la cruz, estarás lejos del crucificado.

Decidamos en esta tarde, estar a los pies del crucificado y para que esta decisión tenga su verdadero valor, decídete a perdonar a todos los que te han lastimado, a todos los que te han hecho daño, a todos los que te han herido; a todos los que se han burlado de tus sentimientos, a todos los que se han aprovechado de tu buena fe, decide perdonarlos en esta tarde de Viernes Santo, para que no solo estés cerca de la cruz, sino sobre todo, para que estés cerca del que le da sentido a la cruz, y es el crucificado. ¿La Gloria para quién? Sólo para El.

Escucha esto, LA CRUZ NO ESTÁ EN PROMOCIÓN, ni la cruz, ni el crucificado, están en promoción; es muy curioso que nos acercamos a la cruz, disque para pedirle, y creemos que la cruz nos va a conceder lo que le pedimos, por Dios NO, ¿Qué más le podemos pedir a la cruz? Si el crucificado en ella ya nos lo dio TODO, qué más te puede dar… si la cruz y el crucificado en ella ya te dieron la salvación, qué más quieres…

Nos unimos a la cruz y al crucificado, no para pedir nada, sino para agradecerlo todo, porque ella no está en promoción y el crucificado tampoco, porque ya Jesús en ella, lo hizo todo por ti y por mí; ya en ella derramó su Sangre preciosa, a ella la convirtió en un instrumento de salvación, cuando ella solo era un instrumento de castigo, ahora sólo agradecer ante el crucificado, solamente eso, AGRADECER…

P. Rodri