Leer: Jn 4, 5-42
LA IMPORTANCIA DEL ENCUENTRO
San Juan en su evangelio, nos presenta a Jesús en ENCUENTROS MAS PERSONALES, recordemos aquellos dos discípulos de Juan el Bautistas, entre los cuales está Juan, aquel encuentro que tienen con Jesús, y es una tarde compartida en la intimidad, con Jesús, la que viene a determinar la vida del mismo Juan; luego tenemos el encuentro con Nicodemo, y ahora, ese encuentro de diálogo con la SAMARITANA, es decir, claramente San Juan nos está mostrando que Jesús transforma las vidas en encuentros profundos, significativos, personales, en el ENCUENTRO, con el Hijo de Dios, es eso lo que cambia la vida de las personas.
Todo el evangelio de Juan está centrado en el encuentro personal, encuentro de toda mi realidad con todo aquello que es Jesús, todo lo que Yo soy y todo lo que Jesús es; cuando nos encontramos con Él, allí sucede la transformación; pero el momento en que Jesús le dice a la samaritana que él es el mesías, es un momento REVELATORIO, entonces hay momentos en que se muestra la verdad de Jesús, y es en esos momentos en que la vida de la otra persona cambia radicalmente, Y PRODUCE DISCIPULADO.
Entonces, hay encuentros ESTÉRILES y hay encuentros FECUNDOS, el encuentro estéril, es el que NO produce discipulado, y si hay encuentros fecundos, y si hay encuentros estériles, tenemos que preguntarnos entonces, ¿Cómo es nuestro encuentro? Porque uno puede encontrarse estérilmente con Jesús, porque si no hay verdadero arrepentimiento, eso no produce discipulado; porque un encuentro profundo con Jesús, es un encuentro que trae transformación, pues el encuentro entre Jesús y la Samaritana, es el modelo de un encuentro profundo, la manera como obra Cristo y la manera como también esta mujer, aunque con dificultades y resistencias, pero como ella finalmente, se abre a la verdad, como ella finalmente se rinde ante la evidencia, como ella finalmente abre su corazón a la gracia y da fruto en ella.
El punto principal es LA SED, pero hay distintos tipos de sed; Jesús tiene sed, sin embargo promete que va a dar de beber, el texto dice que Jesús llega a Sicar y se sienta al lado del pozo, era al medio día, un hora de intenso calor, ese calor y el cansancio del camino, hacen perfectamente explicable la sed, llega una mujer a sacar agua y Jesús le dice: DAME DE BEBER… tú le pedirías a él , y él te habría dado AGUA VIVA, Jesús tiene una clase de sed, quiere decir que entonces, que hay varias tipos de sed; le dice Jesús, pero si conocieras el DON DE DIOS, sentirías sed del agua que yo te puedo dar, ha, entonces hay varias clases de sed, yo tengo una sed, pero ya tengo la solución para esa clase de sed, pero también tengo otra sed, para la que necesito otra clase de agua para saciar esa sed.
El agua natural, es agua que solamente detiene la muerte, aplaza la muerte, es decir, permite sobre vivir, pero no da vida; mientras que el AGUA VIVA TRAE LA VIDA, DA LA VIDA. Y cuando el contraste lo pone Jesús, hay escalera, hay avance, hay revelación, mientras que los contrastes de la mujer todo es para frenar, para alejar. ¿Yo estoy viviendo o solo estoy sobre viendo?
Vivir aplazando la muerte, es vivir solucionando el día, es resolver el problema inmediato, como esta mujer que tiene que resolver el problema del agua, cada día y lo resuelve con una cubeta, con ese bote ella resuelve el problema del día, más no de la vida, es como vivir poniendo parches, poniendo remiendos, resolviendo el momento, siento ganas de sentirme amado, voy a conseguir un amor, no funcionó, pues voy a conseguir otro amor, tampoco funcionó pues voy en busca de otro…; esa es la vida de ella, como lo vamos a ver en un momento, la vida de ella es una vida en la soluciona el problema, por el momento, con parches.
Para esta mujer, su esperanza es el pozo de Jacob, el pozo de la antigua alianza, pero ¿cuál es tu pozo, de dónde vas a sacar esa agua? Yo tengo un pozo, ese pozo cuál es, pues que cuando yo quiero que me amen, yo busco un parche y si ese parche de daña, yo lo pongo encima otro parche y ya, y así, ya llevo muchos parches, pero es que no se hacer otra cosas, mi vida es una vida llena de parches, porque el agua de ella no es una agua viva, ella solo tiene un agua que detiene o aplaza la muerte, pero no le da vida, solo le permite SOBREVIR; y la pregunta que debemos hacernos es si ¿tú tienes vida, o solo le pones parches a tu vida?
Pregunta ella, acaso tú eres más que nuestro padre Jacob ¿Cuál es tu pozo?, dice ella, yo tengo mi pozo, tengo mi Samaría, tengo mi monte Garizín. Le dice Jesús, todo el que bebe de esta agua, volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed, ya no vas a tener que andar buscando parches, porque el agua que yo le dé, se convertirá en él en FUENTE DE AGUA QUE BROTA PARA LA VIDA ETERANA. El agua viva es agua que trabaja dentro de ti, es hace una obra en ti y te cambia a ti, por eso los problemas en la vida, una de dos, o los APLAZAMOS, o los SOLUCIONAMOS, son dos cosas completamente distintas.
¿Por qué esta mujer está a medio día allí? Eso es importante, a la Sagrada escritura no le sobra una sola palabra, todo es importante; uno de da cuenta, a la hora a la que la gente va al pozo, la gente o muy temprano por la mañana, o al caer la tarde, por la mañana para tener agua durante el día, pero a la hora que aquella mujer va por agua al pozo, es una horna inusual, es mucho más incómodo ¿por qué a esa hora, si el sol y el calor, son mucho más pesados? ¿Qué es lo que hace que ella se someta a esa incomodidad?, pues es evidente que ella quiere estar sola, pero necesita el agua para sobrevivir, pero ¿por qué no quiere encontrarse con nadie, por qué huye de la gente?; entonces uno se va dando cuenta que hay una dimensión humana muy profunda en todo esto, y Cristo sabía que en esa mujer había UN DRAMA, que tiene que ver con el sentirse rechazada por los de su pueblo, evidentemente ella tiene problemas, porque es una mujer que resulta odiosa y rechazada para las otras mujeres; es una sed donde hay mucho más que una sed física o material, hay un drama, hay una necesidad, hay una historia, hay un rechazo, hay heridas, la historia de ella está rota y esa ruptura no se va a arreglar, así se tome el pozo entro; es evidente que a ese lugar, ella va por necesidad.
Hay un cansancio, que no consiste en el cansancio de cargar uno o dos botes de agua, sino es el cansancio de estarse escondiendo, es el cansancio de estar huyendo, es el cansancio de estar siempre tratando de no irse a encontrar con nadie, por eso dice: dame de esa agua, para no tener más sed y no tenga que venir hasta acá, a sacarla. Jesús nos conoce a todos y no necesita que nadie le diga cómo somos, por eso va al grano, cuando le dice: VETE, LLAMA A TU MARDIDO…, ese es el punto, allí está LA HERIDA, allí se abre otra realidad, pero ella se asusta y nuevamente trata de bloquear poniendo otra barrera, pero la manera como Jesús con una delicadez infinita, con una caridad perfecta, la va llevando a la realidad de su corazón. Esto es un ENCUENTRO FECUNDO. Bueno ya hemos hablado mucho de la sed y del agua, ahora hablemos de tu marido, aquí se abre otro capítulo.
Jn 4,5 El tiene sed, ella tiene sed; él está cansado, ella está cansada, pero hay algo hermoso, Jesús se olvida de su sed, se olvida de su cansancio, de tal manera que tiene sed, pero tiene sed de la fe de esa mujer, de tal modo que su sed, parece no importarle; entonces Jesús le dice, ve a donde tu marido…; en este momento, ya la sed no está en Jesús, el cansancio ya no está en Jesús, sino en la sed de ella y el cansancio de ella, entones vamos a ver de qué está cansada y qué otro tipo de sed tiene.
No tengo marido, dice ella… ¿Cuál es el agua que ella ha estado bebiendo? El agua de “AMORES” que no llenan, ¿Cuál es la sed que ella tiene? La sed de SER AMADA, la sed de ser esposa, la sed de ser de alguien, la sed de ser respetada ¿Cuál es el pozo al que ella ha estado acudiendo? Pues ella ha acudido al POZO DEL AMOR HUMANO, pero ella está cansada de buscar agua, y está sedienta; listos con esta imagen: SEDIENTA Y CANSADA, es lo que el mundo le hace al corazón humano, porque este mundo está lleno de cosas y vacío de sentido; está necesitado, y al mismo tiempo hastiado de todo; está triste y vacío y al mismo tiempo está repleto de placeres, es decir el mundo nos deja cansados, hastiados, pero al mismo tiempo INSATISFECHOS, así está esta mujer, cansada, sedienta, este es el rostro de ella, pero también es el ROSTRO DE NUESTRO MUNDO, y tal vez también el rostro nuestro, cansados, sedientos e insatisfechos; eso es lo que ella está viviendo, ha intentado.
¿Dónde empieza abrirse, dónde logra Cristo superar el estancamiento de esa mujer? Como tiene que volver a ese pozo, pero no quiere volver, y esa es precisamente la imagen de un adicto, sabe que eso le destruye, pero tiene que volver allá, sabe que esa pareja no le va a arreglar la situación, pero no puede vivir sin marido, esa es la historia de esta samaritana, se convierte al mismo tiempo en un prisionero de su deseo y al mismo tiempo un prisionero de las circunstancias, y en esa misma prisión, la vida se convierte en agonía y esa no es vida, es supervivencia, hay mucha gente que no está viviendo, está SOBREVIENDO, pues precisamente el Evangelio de San Juan fue escrito para que dejemos de sobrevivir y empecemos a vivir.
Dos veces lo dice, una lo dice Cristo cap. 10: yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia, esta mujer no tiene marido, ni tiene nada, pero ese esperpento que tiene es lo único que ha podido conseguir, y es lo único que tiene, pero está insatisfecha, sedienta de amor, cansada de sobrevivir. Pero ¿Cómo rompe Jesús ese estancamiento entre el cansancio y el deseo, el cansancio y la necesidad? Lo mismo la vida se la estanca a uno. Pues en el momento en Cristo le dice que ha tenido cinco marido y el que tiene ahora, tampoco es su marido, ES UNA VERDAD DOLOROSA, es la que empieza a poner en movimiento, desestanca la vida de ella.
Dice ella: “Señor, ya veo que eres un profeta”; esto es el conocimiento de uno mismo y conocimiento de Dios, aquí se dispara la vida, la realidad mía es esta, soy una bolsa de fracasos, esa es la realidad. Jesús habla de su sed y la sed de ella, Jesús habla de su agua y del agua de ella, Jesús habla de su cansancio y del cansancio de ella; Jesús habla de su necesidad y la necesidad de ella; es decir él también tiene sed, él también cansancio, él también tiene su verdad, porque él se hace cercano, mi vida es la misma vida de él, lo que a mí me sucede, también le sucede a él; las heridas de ella y la verdad de ella; entonces, eso quiere decir que las heridas de Cristo, le agradan a mis heridas, el dolor de Cristo, le habla a mi dolor; el mensaje de Cristo es un mensaje para mi cansancio- La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros y hemos visto su Gloria…
“Y soy el Mesías”, este es UN ENCUENTRO entre la verdad de esta mujer y la verdad de Cristo… llegaron sus discípulos y se sorprendieron que estuviera hablando con una mujer, porque en esa época y en esa cultura, eso era verdaderamente extraño, de hecho se habla a solas con una mujer, cuando se habla de amor, por eso los discípulos se extrañaron, porque no era natural, pues AMOR es lo que ella ha estado buscando y amor es lo ella encuentra en Cristo, pero no al amor que ella estaba acostumbrada, como un remiendo, como un parche, sino que es OTRO TIPO DE AMOR, es el amor que le proporciona AGUA VIVA que crea en ella una fuente, un manantial, que hace que ella ya no dependa del cántaro; dice el texto: “LA MUJER DEJANDO SU CÁNTARO” corrió a la ciudad , esto significa que ya no necesita el cántaro, por ella lleva el pozo dentro, este cántaro representa, como ella le ponía parches a su vida, ya no tiene que ponerle parches a la vida, ya no tiene que mendigar “afectos, amores”.
¿A dónde corrió ella? A la ciudad, de dónde venía, de la ciudad, porque a esa hora tan incómoda, para no encontrarse con nadie; corre a la ciudad y le grita a la gente, recupera el pozo y recupera a la gente que ya no tenía. Sicar debió haber sido un pueblo muy pequeño, pueblo chico, chisme grande, y que al pasar iba dejando una estela de murmuraciones: mírala ahí va la muy desvergonzada, hay va la quita maridos, la miraban a ella y se protegían de ella, y por eso también ella se protegía de las demás mujeres chismosas y envidiosas, se AISLABA de la gente y esta es una gran lección, uno trata de protegerse tanto que se encarcela, se encierra, se protege uno tanto que se convierte en una tumba; cuando uno se protege tanto, demasiado, uno se entierra, uno se muere, uno se asfixia, y eso era ella, parecida a la vida de los leprosos.
Escuchen esto: Ella había perdido a Dios y el que pierde a Dios, pierde al prójimo, y el que se aleja del prójimo pierde a Dios, no puedes apartarte de Dios, sin apartarte del prójimo ; el amor a Dios y el amor al prójimo van siempre unidos, van de la mano, eso sucede con quienes se protegen demasiado…
Entonces Jesús, al darle el agua viva a ella… Pero se le acabó la vergüenza, se cerró su herida, ya no tiene que esconderse de nada, ni de nadie, ya no tiene de huir de nadie.
P. Rodri
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