NOCHE DE RESTAURACIÓN
Primero que nada, les invito a invocar al Espíritu Santo en esta noche, porque sin Él, no sería posible, este momento precioso que Dios ha preparado para ti y para mí, porque él es el maestro de la oración; porque él es el creador de la vida, es el Espíritu del Padre y del Hijo, es el Espíritu Consolador, es el Espíritu que anima, fortalece, guía, direcciona y acompaña nuestra vida. De pie
¡Ven, Espíritu Divino! manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén, amén, amén.
Canto (El Espíritu de Dios está en este lugar).
Dice la Palabra Mc 6,1-3 La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y de José? ¿No este el carpintero? Lo conocieron desde niño, con sus manos en el taller de su padre, acariciando la madera y ahora serán esas mismas manos sobre ti y sobre mí, para restaurarnos, Él tiene el arte para RESTAURAR LO QUE ESTÁ DAÑADO, digan todos: Maestro, pon tus manos sobre mí, acaricia en este noche, todo mi ser, así como solías acariciar la madera, en el taller de tu padre, pon tus manos sobre mi vida y RESTAURAME, amén.
Estamos aquí, no porque seamos perfectos, sino porque necesitamos que las manos del maestro se pongan sobre nosotros, no somos perfectos, no lo somos, pero SI SOMOS PERDONADOS. Y por eso estamos aquí, no haciendo alarde de nuestra perfección, sino buscando la restauración, no voy al taller porque estoy bien, no; voy al taller PARA ESTAR BIEN. En el taller suceden distintas cosas, uno va al taller a mantenimiento, para estar mejor; uno va al taller para arreglar algo, uno va al taller para algo nuevo, y uno va al taller para buscar restauración.
¿Qué es restaurar? Es tomar algo destruido, dañado, y devolverle su belleza original, eso es restaurar, pueda que alguno de los que estamos aquí, hayamos venido hechos pedazos, algunos tienen la lágrima ya a punto de reventar, porque saben que no están bien y cuando uno reconoce que no está bien, ha dado ya el primer paso, porque en la humildad se reconoce la necesidad de Dios, y definitivamente, hoy necesitamos a Jesús, el ungido, el elegido, el consagrado, el lleno del Espíritu de Dios, para encontrar restauración, para que todo eso que está hecho pedazos, en tu vida personal, familiar, laboral, profesional, en tu mente, en tu corazón, en tu voluntad, en tu cuerpo, en tu Espíritu, sea restaurado.
Dios toma vidas dañadas y las vuelve a su condición original, una vida llena de gozo, plenitud y comunión con Dios, crean que en esta noche, Dios tiene planes de bien y no de mal, para darnos un futuro con esperanza. Jer 15,19-20 "Haré que tú seas como una fortaleza y una pared de bronce frente a ellos; y si te declaran la guerra, no te vencerán, pues yo estoy contigo para librarte y salvarte."
Hay vidas dañadas desde la NIÑEZ, ¿Por qué? Porque el MAL sabe que si daña a un niño a través del abuso, a través del rechazo, a través del abandono, destruye una vida para siempre; pero con lo que no cuenta el mal, es que en Cristo son hechas nuevas todas las cosas, pueda que alguien se identifique con esta palabra y diga SI, a mí me pasó desde la niñez, me violaron, me destrozaron, me dañaron, abusaron de mí, me abandonaron, y el mal esté muy tranquilo porque cuando te dañó y eras tan solo un niño o una niña, dañaría una vida para siempre, pero con lo que no estaba contando el mal, es que en Cristo somos criaturas nuevas; y por eso, por más lastimada que esté tu vida, y por más años que lleves dañado, deteriorado, herido, golpeado, abusado, violentado, abandonado, cree y confía plenamente que el Señor en esta noche, te glorificará en tu vida y te ara una criatura nueva. Amén.
Ahora, hay vidas dañadas en la JUVENTUD, muchos de ustedes que son papás, se van a identificar con esto: quince años levantando a un hijo con principios y valores y una mala amistad, es capaz de dañar a ese hijo en quince minutos; si aquí hay algún joven y se identifica con esto, y siente que una mala amistad tiró todo lo que papá y mamá hicieron durante toda su vida, y ha venido buscando la restauración, porque quiere ser liberado de la droga o de la violencia, de la rebeldía, de la desobediencia, está en el lugar correcto; porque Dios hará su obra y yo creo firmemente en eso. Yo no sé a qué joven, Dios acaba de hablarle, pero se, confío y creo que lo ha hecho.
También hay vidas dañas en la ADULTÉZ: una infidelidad, una traición, un mal trato, una mala elección, un mal negocio, un revés económico de fortuna, una pérdida, un abandono; seguramente muchos de los que estamos aquí, ahora que somos adultos, habremos sentido los ataques de la vida y las tentaciones del mal, no se necesita ser un niño o un joven para ser atacado por el maligno, se necesita simple y llanamente SER HIJO DE DIOS, y saben por qué, se los voy a explicar en un momento y ojalá, nunca se les olvide, ¿Por que solo se necesita ser hijo de Dios para ser perseguido y atacado por el mal? POR QUE EL MAL NO ES CAPAZ CON DIOS, y por eso ataca lo que más le duele a Dios, y lo que más le duele a Dios, somos sus hijos, es como cuando una persona amenaza a un adulto y le dice, te voy a dar donde más te duele… porque para Dios el que se mete contigo, es como si se metiera con la niña de mis ojos… Dios haciendo esas declaraciones de amor por ti y por mí, y por eso en la vida adulta hay tantas vidas dañas, y entre ellas, puedas ser tú, o pueda ser yo.
El ladrón Jn 10,10, “"El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud." P.D. Y si el mal me ataca, por un lado, Dios me rescata por el otro, porque Él, no se resignará a que yo me pierda, porque yo soy de su propiedad y Él pagó por mí derramando su sangre preciosa.
Dios viene a restaurar, Él quiere devolverte tu condición original. Su presencia entre nosotros lo sana todo, lo libera todo, lo posee todo, lo renueva todo, lo RESTAURA TODO; cuando el Señor te invitó a estar aquí esta noche, te invitó para hacer algo en ti, y ese algo se llama RESTAURACIÓN, y lo que quiere es restaurar tu historia, quiere restaurar tus relaciones, quiere restaurar tu ser y tú estás aquí porque fuiste invitado por Él, y quiere que seas restaurado por Él, no puede haber un propósito distinto, no puede haber un interés diferente a que en esta hora santa, tú recuperes tu belleza original y puedas irte de aquí, como una criatura nueva.
Así es que, vas a cerrar tus ojos y vas a poner tus manos, con las palmas hacia arriba sobre tus piernas, y vas a entregarte completamente a Dios y le vas a pedir al Padre en el nombre de Jesús, que está presente sacramentalmente, y que llena por completo este lugar, y por el poder del Espíritu Santo, le vas a decir al Señor: Señor, RESTAURAME, que brille tu rostro y me salve…
Dios siempre tiene una manera de restaurar, cada una de tus abolladuras, y en esta oración le vas a pedir que con su gracia y su perdón, restaure tu vida de toda culpa, porque cada culpa produce una abolladura en tu ser, en tu interior, eso le vas a pedir al Señor, que te sane y te libere y hoy, dile al Señor: Quiero poner en tu presencia todos mis errores, que he cometido en la vida, todos, todos mis pecados, todas mis equivocaciones, todos los daños que de repente hoy me tienen destrozado(a), destruido. Hoy quiero poner delante de ti, Señor todas mis malas decisiones de mi vida pasada, y todo ese remordimiento que me causan los errores del ayer, y te pido, Señor, que me restaures en esta noche, que me hagas una criatura nueva, que ya no sienta más remordimiento, ni culpa, que hoy salga de este lugar completamente libre de toda culpa, y sano de toda herida producido por el pecado, restáurame, Señor de las abolladuras consecuentes de mis pecados, de mis desordenes, de mis desobediencias, de mi rebeldía, sáname Señor, que brille tu roste y me salve, amén, amén…
Ahora vas a poner delante del Señor, todo lo que has escuchado, todos tus rencores, todos los malos recuerdos, que con entera seguridad han caudado demasiado daño en tu vida, y te tienen echo garras, que mucho daño te han hecho, y bastante has sufrido con todo esto y dile: Y pongo delante de ti, amado Jesús, todos mis malos recuerdos, todos mis rencores, todos mis deseos de venganza; restáurame, Señor, vuélveme a mi imagen original, ese barro herido, lastimado y agrietado; tú alfarero, sana todos esos rallones físicos, mentales, espirituales, emocionales producidos por mis pecados y mis culpas, o por el mal que otros me han hecho, y que se han quedado enquistados en mí, sin ser capaz de perdonar, RESTAURAME, SEÑOR, que brille tu rostro y me salve…
Ahora vas a poner delante de Jesús todos tus sentimientos de soledad y abandono, porque muchos de nosotros hemos sido dañados por el rechazo, por el abandono, por la soledad, no importa, para eso estamos aquí, para que Jesús Eucaristía, Señor pan de vida eterna, nos restaure y nos sane, nos libere de esa sensación de soledad, de esos episodios de rechazo y de odio, que me siguen lastimando. Estoy aquí, Señor, delante de ti, pidiéndote que me restaures, con un deseo infinito de entrar en un proceso de conversión, y para ser restaurado por tu gracia, purifícame, restáurame, renuévame, Señor… (58:45 para completar)
Ahora vas a poner delante de Jesús, todos tus miedos, todas tus fobias, dice Jesús, no tenas miedo, porque yo estaré donde tú estés, e iré a donde tu vayas… Señor, tú eres testigo de cuánto daño me ha hecho el miedo, me ha hundido, me ha paralizado, me ha lastimado y hoy vendo delante e ti con todos mis temores, para pedirte ser restaurado por tu gracia. Canto: Purifícame…
No nos puede estar pasando nada mejor, que estar aquí en la presencia de Dios; ahora te invito a que pongas delante de Jesús, todos tus frustraciones, tal vez en algunos momentos de tu vida, has fracasado o no te ha ido bien, pero la palabra de Dios dice que todo contribuye para los que le amamos, pero suele pasar que los fracasos, las frustraciones, cuando no son puestas en la presencia del Señor, se quedan en nuestra vida haciendo tremendo daño, acabando con nuestra autoestima con nuestra imagen, con nuestro concepto; puede que alguien de lo que estamos aquí, haya fracasado sentimentalmente en su vida matrimonial; también pueda ser que muchos padres de familia sientan la frustración, porque sus hijos no son hombres de Dios, o porque se fueron por el camino equivocado; pueda también suceder que muchos estén pasando por alguna frustración o alguna crisis laboral o profesional… todo se va en tu vida de picada. Poner todo en las manos de Dios, él te va liberar de toda frustración y todo fracaso. Canto…
Pedid y os dará… Viniste por bendición, te vas bendecido; ahora ese suceso que te marcó en la infancia, en la adolescencia, o en la juventud, y que te tiene hecho pedazos, destrozado. Le vas a entregar ese suceso de tu infancia, de tu niñez, de tu adolescencia, vida adulta, todo mal trato, abuso, violación, abandono, explotación, eso que te hicieron cuando eras tan solo un bebe, un niño, porque para Dios nunca dejaras de ser un niño, y declaro en nombre de Jesús, en esta noche, sanación interior, y liberación interior, y restauración completa, no más sufrimiento. Que se rompan todas las cadenas y ataduras, que se sanen todas tus heridas; que se limpien todas las manchas, y que vuelvas a brillar como plaza fuerte, muralla de bronce. Amén.
P. Rodri
