Cómo superar el dolor por la perdida de un ser querido
Aprendamos a superar desde la fe, el dolor, la muerte, las perdidas, desde la FE, y como es desde la fe, entonces tenemos que orar, porque la oración es la distancia más corte entre Dios y los hombres, porque la oración nos permite divisar desde el monte, nuestra realidad y nuestra vida interior y exteriormente, adoptemos una buena postura para que oremos, ya que todo lo que les quiero compartir es desde el Señor, para que él sane nuestras heridas, limpie nuestras manchas, borre nuestras culpas y restaure nuestro corazón.
Vamos a orar y vamos a dejar que el Espíritu de Dios, nuevamente se apodere de este lugar, el mismo Espíritu que consoló a Jesús en el sufrimiento, cuando oró en el huerto y sudó gotas de sangre; ese mismo Espíritu, actúa esta noche en cada corazón, lo invitamos para que actúe consolando corazones tristes, heridos, angustiados, atormentados, confundidos. Dice el Ev. de Lc 2,22 que Jesús subió al monte a orar y le dijo al Padre Celestial, si es posible aparta de mí este cáliz, inmediatamente rectificó diciendo: que no se haga mi voluntad sino la tuya.
Se le pareció un Ángel que lo consolaba, y ese Ángel es la fuerza del Espíritu de Dios, posiblemente Tú estás pasando por un momento duro, difícil, doloroso, dile al Señor: aparta de mi este sufrimiento; que bueno que usaras las mismas palabras de Jesús, “pero que no se haga mi voluntad sino la tuya” y con seguridad Dios te va a enviar un Ángel para que te consuele, ese Ángel puede ser un amigo, puede ser un hermano, puede ser un familiar, ese Ángel puede ser este momento oración, esta Hora Santa, para que recibas luz y consuelo, y aprendas a considerar que morir es vivir, y aprendas a considerar que la esperanza debe estar siempre por encima del dolor.
Recordar también las palabras de Jesús en la Cruz: Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado, pero después de esa palabra dijo: EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU; si tu naturaleza humana te hace experimentar abandono, si sientes que Dios te ha abandonado, lo sientes, pero realmente no es así, precisamente en el dolor y en sufrimiento es cuando más cerca está de ti, entonces di, en tus manos pongo… pongo en tus manos esto que ahora está sucediendo en mi vida.
Bien, el primer punto lo llamo PRIORIZAR, dice Mt 22,37-40 «Maestro, ¿Cuál es el mandamiento más importante de la Ley?». Jesús le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el gran mandamiento, el primero. Pero hay otro muy parecido: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la Ley y los Profetas se fundamentan en estos dos mandamientos.»"
Cuando no somos capaces de superar una pena, una tristeza, una pérdida, un dolor, tenemos que preguntarnos, ¿En qué lugar, en qué renglón he puesto a Dios? ¿Por qué? Porque si Dios está en el primer puesto, pase lo que pase, suceda lo que suceda en tu vida, de Él recibirás la fuerza necesaria para soportar y superar las dificultades, las adversidades, las tristezas y las angustias de la vida; pero si Dios no está ocupando tu primer puesto, y se te muere un ser querido, ¿Con quién te quedas, de dónde te agarras, a quién acudes? Tu único hijo murió, tu mamá murió, pero te queda Dios y si te queda Dios, Él es tu soporte y Él es capaz de sostener tu vida y cuando uno tiene a Dios como soporte, sabe que Él está sosteniendo la vida.
Pero si no tienes ninguna representación de Dios en tu historia, fácilmente te vas a desmoronar y no vas a ser capaz de enfrentar la perdida, la muerte de un ser querido, el fracaso, porque si Dios no está, ¿de dónde te vas a agarrar?
Por eso, este primer punto es PRIORIZAR, y priorizar tiene que ver con el primer mandamiento, pierdo mi fortuna, pero me queda ¿quién? DIOS. Cuando yo pierda a un ser querido, estos ojos la van a perder, pero estos ojos (corazón) la van a ganar, porque nuestros seres queridos, regresan a la casa de Dios, no los perdemos, los ganamos, porque cuando ya no les pueda ver, cuando ya no le pueda tocar, cuando ya no le pueda sentir, ME VA A QUEDAR DIOS.
Entonces, no importa que perdamos, mientras tengamos a Dios en la vida, si a usted le está costando elaborar el DUELO, hágase esta pregunta ¿Qué significa Dios en mi vida?, lo dice Jesús en el Evangelio: buscad el reino de Dios y los demás se os dará por añadidura, primero, lo primero, y lo demás son apegos, y ¿Qué es un apego?, un apego es el amor que se deformó, se des configuró, y los apegos son la mayor fuente de sufrimiento; hay una diferencia muy grande entre el amor y el apego, se trata de amar y para poder amar, hay que poner a Dios en el primer renglón de nuestra plana, porque cuando bajamos a Dios del primer renglón de la plana y subimos algo o a alguien, distinto a Dios, comenzamos a sufrir. Entonces cuando perdemos eso que habíamos puesto en el primer renglón de la plana, no lo aceptamos, no lo asumimos, nos resistimos.
Segundo: ASUMIR, cuando uno está viviendo una tristeza, cuando uno está viviendo una pena, una alternativa, ASUMA que eso está sucediendo, LO QUE NO SE ENCARNA, NO SE REDIME, LO QUE NO SE ENFRENTA, NO SE RESUELVE, asúmalo, entiendalo, dígalo: esto me está pasando, no es fácil y pueda ser que en la elaboración del duelo, haya un pequeño tramo en el que uno se resista a asumir lo que está sucediendo, pero ojalá que ese tramo sea cada vez más pequeño y que usted, fortalecido por el poder de Dios, por la gracia de Dios, por la presencia de Dios y por la asistencia de Dios, pueda decir, SI, esto me está pasando, no lo voy a negar, no lo voy a evadir, lo voy a ASUMIR.
Cuando uno asume el dolor, cuando uno asume la muerte, entonces resuelve el dolor y resuelve la muerte, cuando asume la pérdida, resuelve la pérdida, qué hacemos esquivando lo que tarde o temprano tenemos que asumir, este segundo punto, entonces es ASUMIR.
Tercer punto: TRADUCIR, y la herramienta que los cristianos tenemos para traducir es LA FE, la mejor traductora del ser humano se llama la FE, ¿Por qué? Porque la fe nos permite ver más allá de lo que estos ojos pueden ver, escuchar más allá de lo que estos oídos pueden escuchar, experimentar más allá de lo que estos sentidos pueden percibir, sin la fe es una utopía elaborar una tristeza, elaborar un sufrimiento, elaborar una pena, sin la fe todo es una utopía, porque lo que la fe hace es darnos la capacidad de ver más allá, descubrir que detrás de la perdida hay GANANCIA, que detrás de la muerte hay VIDA, que detrás de una dificultad, hay una OPORTUNIDAD, por eso cuando uno ve con los ojos de la fe, es capaz de ver con los ojos del corazón y cuando uno con el corazón es capaz de TRADUCIR.
Hay un texto magistral en el Evangelio de Mateo 14,22-33: "Inmediatamente después Jesús obligó a sus discípulos a que se embarcaran; debían llegar antes que él a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Jesús, pues, despidió a la gente, y luego subió al cerro para orar a solas. Cayó la noche, y él seguía allí solo. La barca en tanto estaba ya muy lejos de tierra, y las olas le pegaban duramente, pues soplaba el viento en contra. Antes del amanecer, Jesús vino hacia ellos caminando sobre el mar. Al verlo caminando sobre el mar, se asustaron y exclamaron: «¡Es un fantasma!» Y por el miedo se pusieron a gritar. En seguida Jesús les dijo: «Animo, no teman, que soy yo.» Pedro contestó: «Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti caminando sobre el agua.» Jesús le dijo: «Ven.» Pedro bajó de la barca y empezó a caminar sobre las aguas en dirección a Jesús. Pero el viento seguía muy fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: «¡Señor, sálvame!» Al instante Jesús extendió la mano y lo agarró, diciendo: «Hombre de poca fe, ¿por qué has vacilado?» Subieron a la barca y cesó el viento, y los que estaban en la barca se postraron ante él, diciendo: «¡Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios!»"
Sentir tristeza momentánea por la pérdida de un ser querido, no es falta de fe, es natural, siempre y cuando esa tristeza no te hunda, porque si esa tristeza te hunde, como a Pedro, que sintió miedo y por ese hundió en el agua; pero si no te hunde, entonces es una tristeza autorizada a que te mojen los pies, es decir, a que vivas esa tristeza; porque la fe NO es para sacarte de la realidad, la fe no puede ser un sedante, estás en contacto con el agua que es la realidad, como caminar sobre el agua, que se te mojen los pies es natural, te está doliendo, estás sufriendo, pero con la diferencia de que no te vas a hundir, y esta es la grandeza de la fe, que a pesar del dolor, que a pesar de la tristeza, que a pesar de lo que estás sintiendo, NO TE VAS A HUNDIR; ¿Qué es lo que nos hunde? EL MIEDO, ¿Qué es lo que nos mantiene en equilibrio? LA FE, a eso, le llamamos TRADUCIR.
Cuarto: ESPERANZA, siempre hemos escuchado que la esperanza es lo último que muere, pero la esperanza es lo primero que tenemos que aprender a cultivar, no piensen solamente que la esperanza es lo último que se pierde, piense que usted debe a prender a cultivar la esperanza, porque la esperanza es la capacidad de considerar que a pesar de la tragedia de hoy, mañana es un nuevo día, que a pesar del aguacero o nubarrón, el sol va volver a salir; la esperanza es considerar que los problemas no son eternos; cuando uno está viviendo una dificultad, un problema, uno cree que de allí no va a salir y cuando yo tengo esperanza, soy capaz de considerar que los problemas NO SON ETERNOS, por eso debemos cultivar todos los días la esperanza.
Quinto: ELABORAR Mt 14,13ss (la muerte de Juan el Bautista) Cuando Jesús se entera de la muerte de Juan, se retira solo, a qué, a vivir su dolor, por favor, hay que respetar el dolor del otro, si necesita llorar, deje llorar; Jesús se retiró a solas a vivir su pena, pero Jesús sabiendo la necesidad de tanta gente, no se quedó contemplando su dolor, y salió otra vez a cumplir la misión del Padre, esto quiere decir que usted puede estar triste, y tiene derecho a llorar, pero no para quedarse allí, tiene derecho a mojarse los pies, pero no se vaya a hundir, no, usted tiene que ser valiente, usted tiene que ser fuerte, a usted la fe le tiene que servir para superar ese dolor, porque ¿Saben una cosa? La tristeza se puede convertir en una excusa para evadir la realidad y para no comprometerse más, con su hogar, con sus hijos, con su pareja, con su trabajo, con su historia; mientras te escondes, haces de la tristeza una disculpa o una excusa para no querer salir, tus otros hijos, el resto de tu vida se queda a la deriva y entonces ¿Qué va a pasar?
Tienes derecho a vivir tu tristeza, pero no te quedes allí, hay que salir y comenzar a dar los primeros pasitos, para superar eso tan doloroso, porque la vida tiene que seguir, la vida tiene que continuar, no hagas de la tristeza una excusa para evadir tu realidad y tu compromiso, no. Te mataron un hijo, pero te quedan cuatro más, ¿Cómo es que te vas a encerrar? Y te olvidas de los cuatro que te necesitan presente y fuerte, para seguir respondiendo a los desafíos de una sociedad que te quiere robar los hijos. Elabore, viva su momento de tristeza, tienes derecho a estar triste, claro puedes llorar, pero no te tienes que esconder, pero ten cuidado de no quedarte allí, porque la vida continúa, la vida sigue.
Seis: EL DOLOR COMO ESCUELA, ¿Qué dice la carta a los hebreos? Él, a pesar de ser Hijo, aprendió sufriendo a obedecer; no le tengan miedo al dolor, no, no lo busque, porque sería enfermizo uno ir detrás del dolor, con que me golpe, con qué me hago daño, no lo busque; pero tampoco lo evada, ENFRENTELO, cuando un enfrenta el dolor madura, crece, asciende, progresa, porque el dolor es una escuela que purifica, porque aún él siendo Hijo, aprendió sufriendo a obedecer; el oro se purifica en el crisol, la plata en el martillo, y el ser humano en el sufrimiento, en el dolor, ojalá entendiéramos y aprendiéramos que el dolor es una escuela que produce crecimiento.
No es que Dios nos quiera ver sufriendo, claro que no, en los planes de Dios no está que suframos, pero Dios permite el sufrimiento, porque sabe que esa es una buena herramienta que nos hace crecer y madurar.
P. Rodri
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