LA FIGURA DE JOSE
Mateo 1,18-24
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados." Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: "Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros"." Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
En el Evangelio que acabamos de escuchar, se dice que María estaba comprometida con José, estaba DESPOSADA con José. Los Judíos tenían la costumbre de los desposorios y los desposorios eran en realidad la entra en la vida matrimonial, en el sentido de asumir un compromiso, entre el hombre y la mujer, tú eres para mí, yo soy para ti; era una palabra suprema mente seria, la que se empeñaba allí. Incluso en nuestra cultura, cuando una persona ha dado ya palabra de matrimonio, se considera, que esa promesa tiene un valor muy grande, muy alto, no tiene todavía repercusiones jurídicas o legales, pero en el corazón de los contrayentes y en el corazón de las familias y de los amigos, ya es algo muy serio decir que alguien está comprometido para casarse, porque alguien ha empeñado palabra de matrimonio.
Y ese compromiso era todavía aún más serio en tiempos de Jesucristo, porque los judíos acostumbraban celebra el matrimonio como en dos fases, la primera fase eran los desposorios y la segunda fase era cuando ya empezaban a vivir juntos, pero la palabra que se empeñaba en los desposorios, ya era una PALABRA SAGRADA, hasta el punto de que si se cometía adulterio, si había infidelidad, el castigo para la persona que cometía esa infidelidad, concreta mente para la mujer, era exactamente lo mismo, a que si se hubieran casado en toda regla, es decir que para todos los fines prácticos los fines equivaldrían al matrimonio, con la única diferencia solamente que la pareja no empezaba todavía a cohabitar, no vivían junto, pero incluso había la posibilidad de tener intimidad, no se veía mal, pero no era lo usual, que durante el tiempo de los desposorios, la mujer quedara embarazada, de aquel con el que se había desposado.
Esta introducción hay que hacerla para comprender qué fue lo que sucedió a la alborada de la vida de nuestro Señor Jesucristo, porque de eso es de lo que trata el Evangelio, cuando estaba por nacer nuestro Señor, porque dice que María y José estaban desposados, y resulta que María estaba embarazada, lo que supone es que se ha cometido una INFIDELIDAD, por eso es que José, no queriendo exponer a María a la infamia, a la vergüenza, quiere romper secretamente el desposorio, dando así oportunidad, por un acto muy grande de generosidad, dando oportunidad para que María se casara con el que se supondría que la había embarazado, fue in acto de enorme generosidad de parte de José, que seguramente tuvo que haberle causado muchísima incertidumbre, porque él tenía que haber conocido a la familia de María y saber qué clase de joya preciosa era esta niña y precisamente porque sabía de estas calidades, con un acto muy grande de generosidad, él se quita, dando paso a que se realice entonces otra unión, pero no quiere castigo ni muerte para María.
Aquí hay una grande lección para nosotros, porque eso es verdadero amor, el amor que incluso en medio de la incertidumbre, el amor que no deja de amor; es decir, José no deja de buscar el bien de María, incluso cuando no entiende lo que está sucediendo, incluso aun pudiendo tener algún temor o duda de haber sido engañado, su amor por María, es más grande que todo, así es que José nos está mostrando en qué consiste el verdadero amor, porque busca el bien de la persona amada. Y esta es la calase de amor que tenemos que pedir nosotros, un amor que va mucho más allá de las limitaciones del otro.
Este es el amor que también la iglesia quiere que tengan los contrayentes, por eso en la celebración del matrimonio se hace esta pregunta: ¿aceptas a fulano(a) como tu legítimo esposa y estás dispuesto a amarla en las buenas y en las malas, en salud y en enfermedad, amara y respetarla todos los días de tu vida? Pero en realidad lo que se le está preguntando es si ¿El amor suyo está por encima de lo que venga o de lo suceda?, o su amor está amarrado a condiciones…
¿Usted tiene un amor sin condiciones, un amor parecido al que tiene José en este pasaje del Evangelio? ¿Ese es el tipo de amor que usted tiene, usted ha alcanzado esa altura de amor. Y en el rito del matrimonio, cuando usted dice que SI, se supone que usted está diciendo, si yo amo a esta mujer joven y la seguiré amando cuando envejezca, saludable y también cuando se enferme, la amo cuando sonría y la amaré también cuando llore, la amo cuando sea simpática y cuando esté antipática, eso es amar, eso es amor; lo demás no es amar, y ese es el gran problema que tenemos en las parejas, que el hombre no ama a la mujer, ni la mujer ama al hombre, sino que el hombre se ama a través de la mujer, es decir por el bien que busca solamente en ella, un bien muchas veces físico, de satisfacción, de placer, de gusto; entonces con ese bien, él se está amando a sí mismo.
El modelo del amor matrimonial es el amor de José y María, es un amor que está por encima de condiciones, tanto amaba José a María, que incluso en la incertidumbre más espantosa, incluso en el temor de ser engañado, ÉL PONE EN PRIMER LUGAR EL BIEN DE ELLA, eso es amar. Por eso, yo les digo a los jóvenes, que es lo que tiene que preguntarse la mujer, porque a veces por tal de tener novio, o enamorado, o amigo con derechos, porque ¿cómo voy a ser yo la única de mis amigas que no tenga novio?, yo tengo que tener algo, aunque sea un bulto de mugre, pero algo me debo conseguir; por tener cualquier cosa, las mujeres son las grandes responsables, de lo que está sucediendo en la sociedad. Y ahora le echo la culpa a las mujeres, porque si las mujeres se hacen respetar, porque si la mujer dice, este es un lugar santo, y no es un lugar para que usted me esté masajeando o manoseando, y yo quiero saber cuál es la calidad de amor que usted tiene; entonces, las relaciones de noviazgo y de matrimonio, serían otra cosa.
Estimadas mujeres, no aspiren ustedes, especialmente las jóvenes, aunque también las adultas, no aspiren ustedes a cualquier amor, porque ustedes se meren un amor de altura, un amor que vaya con el respeto; y ustedes estimadas mujeres estén también dispuestas a amar con esa altura. La calidad del amor de pareja, no se unan ustedes a cualquier traste viejo, por decir que tienen a alguien, dense su lugar, dense a respetar.
Bendito sea Dios, que el desenlace de la historia de José y María es mucho más bella que cualquier otra historia; José de alguna manera recibe el premio a su fidelidad, a su humildad y a su verdadero amor; a ese amor genuino que palpita en su corazón. Hay una palabra y un mensaje que viene del cielo: JOSÉ, HIJO DE DAVID, le llama hijo de David, le está diciendo: la promesa se cumple en ti y a través de ti, y también le está diciendo a José, tú eres el verdadero Rey, José era rey y nadie lo sabía, tal vez ni siquiera el mismo José, porque él era el descendiente de David, por eso el ángel le llama Hijo de David.
No tenga reparo en tomar por esposa a María, porque el hijo que espera, lo concibió por obra del Espíritu Santo, y aquí viene la parte mística, la parte más hermosa, aquí es donde necesitamos que el Señor ayude a nuestros corazones para que podamos comprender, algo, de lo que estaba sucediendo; cuando José hace resolución en su corazón, de deshacer el vínculo que tenía con María para que María pudiera quedara libre, seguramente pensaba que María quedara libre para que pudiera hacer hogar, con el que fuera padre de ese hijo, es decir, el intruso; es un acto de amor, es una de generosidad sublime. Pero ahora sucede algo que no se espera José, que estaba afuera de las expectativas de María y que incluso también rebasa lo que nosotros pudiéramos comprender. El ángel le explica a José que este niño ha sido concebido por obra y gracias del Espíritu, y le dice que no tenga reparo en recibir a María como Esposa y le dice también que el nombre de ese niño, lo debe poner José, sabemos por la cultura judía, que es el papá el que le pone el nombre al niño, y aquí es donde nos la quebramos, pensando en que si José no es el padre, entonces, porqué José le va a poner el nombre al niño, y vienen las explicaciones en el lenguaje que muchas veces utilizamos para José, por eso:
Se habla de José como PADRE ADOPTIVO de Jesús, no es propio usar ese adjetivo; también se dice de José que es PADRE PUTATIVO e Jesús.
1. PADRE ADOPTIVO, quiere decir, el que adopta, se RECIBE COMO SUYO, un hijo que no es su hijo.
2. PADRE PUTATIVO, viene de un verbo latino, que quiere decir, EL QUE SE PENSABA que era papá de Jesús, pero en realidad no era el papá, eso es lo que quiere decir, putativo, el que en la opinión de la gente “era el papá de Jesús”.
Pero el ángel le dice a José, vas a ser tú quien lo ponga el nombre a ese niño y de alguna manera, así está llamando a José papa de ese niño, y ¿por qué José entra a ser papá de ese niño? Y la gran respuesta, la respuesta bellísima es que en la CONCEPCIÓN de nuestro Señor Jesucristo, el Espíritu de Dio son viene a reemplazar; el Espíritu Santo de Dios, no viene a bendecir a José, el espíritu Santo viene a bendecir a José y a María, con este niño, no es que José haya tenido intimidad con María, no es que Cristo haya sido engendrado de esa manera; pero si es que el Espíritu Santo de dios, le ha dado a María el ser virgen y ser fecunda, y ese mismo Espíritu, según el Evangelio que hemos escuchado hoy, el da a José el ser VIRGEN Y FECUNDO y por eso la palabra apropiado para referirse a la paternidad responsable de José es. JOSE ES EL PADRE VIRGINAL DE JESUCRISTO, así como María es la madre virginal de Jesucristo.
El Espíritu Santo no viene a reemplazar a José, sino viene a bendecir a esta pareja, para que sean fecundos en su virginidad, así como María, sin experimentar intimidad con el varón se vuelve madre; así también José sin experimentar intimidad con la mujer se vuelve, y así como María es Virgen y Madre, así también José es Padre y virgen. Pero lo que sucede, mis hermanos, es que la JOSEFOLOGIA, es decir, el estudio teológica de la figura de San José, está demasiado cruda, la Josefología, no la hemos estudiado, no hemos apreciado el valor inmenso, la santidad colosal de este hombre, San José.
Es decir, el niño Jesús es la plenitud de alegría de alegría para María, y así se vuelve madre, sin concurso de varón; y el Espíritu Santo concede a José la alegría de ser padre, sin intimidad con mujer, este es nuevo orden de cosas, porque con Cristo empieza la nueva creación, nada de extraño tiene que Dios haya querido así, este comienzo virginal de Cristo, por el sólo poder de Dios; en Cristo empieza el universo nuevo, y el tiempo nuevo de una nueva era y por eso Cristo, aunque viene a través de la carne de María, un vínculo con el universo antiguo, en su modo de ser concebido, en su modo de nacer, es el comienzo del universo nuevo, por eso la misma historia la marcamos con un antes de Cristo y un después de Cristo, conocido como la PLENITUD DE LOS TIEMPOS.
María resulta aquí bendecida con una maternidad que no sigue el orden de la naturaleza y también José salte aquí, también bendecido con una paternidad que supera el orden de la naturaleza; José no es el guarda espaladas de María, José no es el que únicamente protege el nombre de María, José obra como verdadero esposo en la manera como la ama a ella y verdadero padre, en la manera como educa a Jesús y eso es lo que encontramos cuando Jesús se pierde en el Templo. El lenguaje que utiliza María en esa ocasión, no es diciéndole al niño Jesús: hijo, porqué te has portado así con nosotros, el que te adoptó y yo… no, sino dice, tú padre y yo te estábamos buscando. Porque José y María obran como verdaderos padres de Jesús, siendo sin embargo una paternidad que responde al orden nuevo que empieza en Cristo, porque en él se renuevan todas las cosas; por eso en el AMOR VIRGINAL DE JOSÉ, que por eso se le representa con el lirio de la pureza. El ejemplo de José que es virgen y fecundo, el ejemplo de María es que es virgen y fecunda, son un discurso que hablan de amor virginal, por eso el consejo para aquellos que piensan en casarse.
No será que el matrimonio lo estamos utilizando solamente como un permiso para tener mucho sexo, permiso que luego se rompe, si será que mucha gente que busca matrimonio por la ley civil, por la ley religiosa por la ley del monte, será que realmente tienen vocación de matrimonio; es verdad que el matrimonio tiene sus dificultades y tentaciones, eso no es tan fácil, pero por Dios, que vocación no las tiene, todas las vocaciones son difíciles, todo lo que verdaderamente vale la pena, requiere sacrificio, por eso se dice: VALE LA PENA, MERECE LA PENA, quiere decir que requiere esfuerzo, por eso una vocación al matrimonio requiere millones de renuncias, una vocación religiosa o sacerdotal, requiere millones de renuncias para descubrir la grandeza del verdadero amor, y es posible que haya resbalones y caídas, pero más allá de nuestras posibilidades, todos tenemos que levantarnos, mirar a Jesús y seguir el camino, porque TODAS LAS VOCACIONES SON DIFICILES, pero solo recuerda que tu cuerpo y tu alma valen mucho, y que por tu salvación vino Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, para salvarnos, a él la Gloria y la Honra por los siglos de los siglos. Amén.
P. Rodri
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